UNA APUESTA

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Después de un rato me carga y me lleva a la cama, me acomoda de manera que yo quede arriba de él.

Muevo mis caderas y escucho el suspiro que lanza Nozel.

Pone sus manos sobre mis caderas y profundiza mis movimientos y yo gimo.

Sus ojos recorren cada parte de mi cuerpo.

No tengo noción del tiempo, ¿cuánto llevo así? No lo sé, pero mis piernas comienzan arder en un momento dado, pero el mismo placer que siento me impide que pare.

Nozel me toma y nos da vuelta; ahora soy yo la que esta abajo y el arriba de mí.

Abre un poco más mis piernas, sostiene mis tobillos con firmeza y me jala hacia él.

Acerca sus labios a los míos, uniéndolos en un beso profundo. Sus labios recorren mi cuello, clavículas, pechos, abdomen hasta llegar a mi feminidad.

Fruncí el ceño.

Se detiene y me observa.

Arqueo la ceja de forma divertida porque no sé qué va hacer.

Siento un poco de pánico en un instante al ver que pega sus labios en mi feminidad.

—N-nozel — trato de decirle

Lanzo la cabeza hacia atrás ante el placer que me invade

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Lanzo la cabeza hacia atrás ante el placer que me invade. Con mis manos aprieto fuerte las sabanas de la cama y los gemidos salen cada vez más constantes de mi boca.

En un momento, inconscientemente, pongo mis manos sobre su cabeza y tiro suavemente de su cabello.

El placer cada vez es más y es tanto, que no puedo controlar mis caderas.

—Quieta — me dice — contrólate, Yumeko.

Me quejo y jadeo ante el tacto de su lengua nuevamente.

—¿C- como se supone que voy hacer eso? — dijo jadeante

—Así — dice introduciendo su lengua en mi

Arqueo mi espalda y gimo.

Segundos después vuelve a seguir besando mi feminidad.

El placer aumenta cuando recorre sus manos por mi abdomen hasta llegar a mis pechos y juega con ellos mientras su lengua cada vez es más rápida. Arqueo la espalda y siento el orgasmo cerca.

Recorro con mis manos los brazos de Nozel mientras gimo y siento el orgasmo llenando mi cuerpo con pequeños espasmos.

—N- nozel — logro decir

Nozel sonríe y se reincorpora arriba de mí.

Con su mano derecha recorre mi muslo derecho, me besa y siento cómo se introduce en mi otra vez.

Sus embestidas toman velocidad mientras besa mi cuello.

Mis manos recorren su espalda, sus brazos.

Dejo caer mi mano al colchón y Nozel la toma.

UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora