ME HAN HABLADO DE TI

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Nos sentamos, de manera que Nozel quedo en la otra punta de la mesa y yo a su derecha.

El señor Silva mantenía una pequeña sonrisa, pero era una sonrisa de las que se posaban en los rostros y no sabes qué es lo que realmente refleja.

El personal del castillo entró; seis meseros, uno para cada quien. Mi mesero se posicionó a un costado mío.

—¿Desea que le traiga el menú o quiere seguir el protocolo?— me pregunta

Mis ojos se posan en un instante en Noelle al igual que su mirar en mi, y me asiente, entiendo de inmediato.

—Sigo el protocolo— sonrío

—Perfecto, enseguida.

Otros meseros entraron y nos sirvieron una copa de champagne.

—Y bien — habla el señor Silva, y todos nos enfocamos en él — hijo — mira a Nozel—preséntanos a... la señorita— dice aún con esa sonrisa

Supongo que es la sonrisa característica de Nebra y Solid, solo que estos no hacen nada por disimular su sarcasmo y superioridad.

Nozel carraspea.

—Padre, hermanos — dice tan serio que siento que se me encoje el estomago —ella es Yumeko Sukehiro, es del país del Sol Naciente, pertenece a la orden de Toros Negros, tiene veinticuatro años, y, es mi novia.

Después de eso el salón quedó en silencio.

—Vaya— suelta el señor Silva y me mira.

— Es un gusto conocerlo, señor Silva — hablo —Nozel me ha hablado mucho de usted y de sus hermanos.

—¿Ah sí? — alza una ceja —supongo que cosas buenas.

—Desde luego — mentira — le guardo mucho respeto a usted y a su familia.

—Tsk— Solid chasquea la lengua, que en respuesta obtiene una mirada de su padre — yo no tuve ese gusto.

—Ni yo— dice Nebra viendo su copa

—Bueno, niños — dice con su voz gruesa y rasposa — no juzguen tan fácilmente a alguien, no es propio de la realeza portarse así con los plebey... los demás.

Los meseros entraron nuevamente dejando enfrente de nosotros una crema verde, que traía por encima crutones.

No me costó nada saber sobre los cubiertos, de reojo veía cuál agarraba Nozel y me sentí feliz de saber que escogí el correcto.

Todos comenzamos a probar la crema, no supe distinguir de qué era, pero de lo que si pude saber es de lo deliciosa que estaba.

En el centro de la mesa habían tres canastos distribuidos adecuadamente, estos contenían panes rebanados en diagonal (baguette).

—Y dinos, Yumeko — habla el señor Silva— ¿habían estado antes en una festividad del Trébol en el tiempo que llevas aquí?—me pregunta y siento que quiere parecer amable.

—No, es la primera vez que asisto a una— sonrío

—Que bueno que te ha tocado vivirla aquí en el castillo y no en las ferias.

— Aunque sería mejor si fuéramos al castillo real— suelta Solid

—No, esta festividad se da más en familia, no es necesario que vayas a un cierto lugar para vivir bien la festividad.

—Últimamente andas mucho en el castillo de los Kira— observa Nozel

—Eso no es cierto— dice Solid un poco exaltado

UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora