UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVA

LA MUCAMA DEL PRÍNCIPE SILVA

DOS MESES DESPUÉS ...

—¡Esa arpía estaba envenenando a Yumeko! — Nozel caminaba de un lado a otro — no me pidas que me relaje y que lo deje a la deriva.

—Solo digo que no debes de tener tanta prisa en el asunto— el señor Silva me mira— Yumeko está bien, eso es lo que te debe de bastar.

—Y me basta —Nozel suelta un suspiro cansado— no voy a descansar hasta encontrarla, ¿cómo es posible que la desaparezca de la nada?

—Han investigado a más no poder, fueron a su casa y su familia no sabe nada de ella desde hace dos meses...

—Los dos meses exactos desde que sucedió el ataque a la Pica — dije por debajo pensativa— ¿y si ella...

—¿Y si ella es cómplice de los de la Tríada oscura? — me interrumpe Nozel

Ambos nos miramos por un segundo y asentimos.

—¿Por qué casualmente el tal Zenon la secuestra cuando ella está débil? — pregunta Nozel a la nada armando hilos —¿y me dices que mandaba bocadillos a la sala en donde tenías tus clases?, ¿por qué nunca me lo dijiste?

—No — balbuceé— no te lo dije porque lo supe pocos días antes de mi secuestro, todo este tiempo pensé que esos refrigerios los hacían directamente de la cocina del castillo.

—Es entendible— habla el señor Silva— entiendo el por qué Yumeko no sabía nada hasta que la señora Weber le dijo.

—¿Y si la señora Weber sabe de esto?

—No creo— dije — realmente ella la tiene en un concepto bueno, como si se tratara de alguien realmente buena.

—No me quedaré con las dudas — dice Nozel desprendiendo un ki oscuro

—¿Y qué harás, la harás pasar por un filtro? — pregunta el señor Silva a Nozel

—Por supuesto— contesta este.

***

UNA SEMANA DESPUÉS ...

—Tendrás algún día que contarle la verdad.

—Sí, la verdad es que no sé cómo hacerlo.

—Yumeko, se quiere casar contigo — Sukehiro inhala el humo del cigarro que es abrazado por sus labios —no creo que actúe de mala forma, tal vez solo se enoje por no tenerle confianza de contarle la verdad de tu pasado.

—Es que no es solo mi pasado, es tu pasado, es el pasado de, de... ella — tartamudeo — es de toda la familia— digo por debajo

—Bueno, eso es cierto, somos extranjeros de por si nos odian, no podemos contar toda nuestra historia— se acomoda en su asiento —yo nunca confesé el por qué y cómo vine aquí.

—Asta me dijo que le dijiste a él y al de Ojo de la Noche Blanca que llegaste al Trébol en un día que estabas pescando y te perdiste ...

—Y es cierto — sonreí divertida

—No del todo, pero de que sabías pescar, sí.

—Sabía y todavía sé pescar — se defiende cerrando los ojos y frunciendo el ceño

—Mi papá se encargó de ello— sonreí nostálgica

—Ese viejo... lo quise como si fuera mi verdadero padre.

—Sí lo fue para mí, — digo y me vuelo a él — también el tuyo, te permitiré el que compartamos al mismo padre— dije engreídamente

—¡¿He?! — exclama divertido— ¿y ahora debo de sentirme agradecido con vuestra majestad porque me hace parte de su familia?