One shot Bakushima

Recuerdo

Agh. ¿A quién se supone que quiero engañar? Me traes de cabeza y eso es algo que no puedo negar. Me tienes loco, y es probable que hasta tú lo sepas. Ese beso no puedes dárselo a un simple amigo.

Realmente no espero ni quiero que te acuerdes de cómo te besé ferozmente aquella noche, tú estabas algo bebido, y la verdad es que yo también lo estaba. No entraba en mis planes, pero supongo que el alcohol me jugo una mala jugada, y recuerdo que al acompañarte a los dormitorios no pude contenerme más, y me abalance a ti y a tus labios como un lobo a por su presa. No sé en que estaba pensando, en realidad creo que no estaba pensando en absolutamente nada. Fue cómo un instinto que vino de repente, los recuerdos de esa noche son bastante borrosos, pero recuerdo ciertas cosas.

Recuerdo entrar en el lugar en el que se hacía la fiesta.

Era viernes por la noche y los exámenes finales ya habían acabado, por lo que Mina sugirió ir de fiesta, todo nuestro salón no dudó ni un segundo en aceptar. Yo, tras hacerme un poco de rogar, acepté ir también, poniendo como excusa que no tenía nada mejor que hacer.

Llegamos al lugar al rededor de las nueve y media. Recuerdo que te perdiste entre la gente después de servirte un vaso con ponche.
Recuerdo que no me quedó más remedio que bailar, sería aburrido si pasaba toda la noche sin hacer nada.

Recuerdo que bebí bastante, más que en toda mi vida. Ponche, cerveza, piña colada, tequila, mojitos... Ni siquiera recuerdo todas las cosas que mi estómago ingirió esa noche. Después de un buen rato te encontré, estabas mucho peor que yo, estabas bailando junto con Denki cuándo te agarré de la muñeca para captar tu atención.

¡Hola Blasty!-Me saludaste agarrando mi mano, siguiendo el ritmo de la música.

¿Estás borracho?-Pregunté, aunque yo también lo estaba.

-¡No!

Pero tenías aspecto de borracho y apestabas a alcohol, y a saber que llevaba lo que te estabas bebiendo.
Te arrebaté el vaso de las manos y lo miré, escuché cómo te quejaste e hiciste varias reclamaciones para que te devolviera tu vaso, cómo también vi tu mano tratando de hacerte de nuevo con el vaso, pero no te dejé.

-Eijiro, aún no tienes la mayoría de edad, no puedes beber de esto.

-¡Vamos! Me quedan tan sólo unos meses.

-Aún así sigues teniendo diecisiete años y sigues siendo menor de edad. No puedes.

Recuerdo hacer aún más fuerte el agarre con tu mano, escuché cómo soltaste algunas quejas, pero realmente no te presté atención. Caminamos sobre la pista de baile aún agarrados de las manos. Fue difícil pasar entre tanta gente, a esas horas de la noche la gente ya había ingerido demasiado alcohol y ninguno estaba en sus cinco sentidos.
No sabían lo que era el espacio personal ni los gérmenes al parecer, pues había muchísima gente besándose y compartiendo vasos, simplemente asqueroso.

Te arrastré hasta afuera del lugar, o al menos eso es lo que recuerdo, y te subí en mi coche a la fuerza. No sé en qué estaba pensando al conducir borracho, hacía tan solo dos semanas desde que aprobé mi examen de conducir y obtuve mi licencia. No recuerdo cómo llegamos hasta los dormitorios, ese pequeño lapsus de tiempo se ha perdido entre mis recuerdos.

Recuerdo que caminamos por los pasillos a oscuras, esta vez sin tener tu mano aprisionada junto a la mía.
No sé porque, pero el alcohol me empezó a controlar en el instante en el que vi cómo la luz de la luna te iluminaba, haciéndote ver tan... Fantasmal, tan angelical a la vez, tan hermoso, tan apetecible, y sobre todo tan sensual, creo que esas son las únicas palabras con las que podría describirte cómo te veías, o cómo mi yo borracho te percibía.

No recuerdo en qué momento me acerque a ti, cómo tampoco recuerdo cuándo te dejé aprisionado contra la pared. Sólo sé que no pude resistirme más y te besé como si mi vida dependiera de ello, cómo si el mundo se fuera a acabar al día siguiente y esa fuera mi única oportunidad para besarte por fin. Tú no pusiste ningún pero, tampoco me intentaste alejar, o yo no recuerdo que lo hicieras, al menos. Recuerdo que arañaste mi espalda sin mucha fuerza, y no sabes lo mucho que me calentó aquello.

Estaba borracho, no me juzgues Eijiro. Y al estarlo realmente creí que nada pasaría si te besaba. Estaba enloqueciendo, tenía tantas ganas de llevar eso al siguiente nivel, sabes a lo que me refiero, ¿verdad? Nunca había sentido mi corazón, y otras cosas, tan calientes cómo en ese momento. Joder, que delicia, recuerdo el sabor de tus labios, sabían a alcohol pero a la vez tenían un ligero sabor a cereza tal vez, y sé que ese sabor que se camuflaba con el sabor del alcohol que habías tomado, sé que ese sabor era tuyo. En ese momento descubrí cuál era mi adicción, tu cuerpo, tus labios, en resumen: Tú eres mi adicción.

Recuerdo quitarte la camiseta. Deleitándome con tu desnudez, acariciando toda tu piel, y rogando por poder hacerlo todo lo que quedaba de noche. O al menos eso es lo que recuerdo pensar. Hubo un momento en el que te moviste y te apartaste.

-Sígueme, Blasty.

Mentiría si te dijera que no me calentó como la mierda la forma tan sensual en la que dijiste eso, joder, ese tono que empleaste al decir eso fue como una repentina debilidad que apareció, y al recordarlo, realmente entiendo el porqué el Katsuki borracho del viernes se puso tan cachondo.

Recuerdo que abriste la puerta de tu habitación y me empujaste dentro. Y después, simplemente no recuerdo nada de lo que pasó a continuación. Una verdadera pena, me habría encantado recordar todos y cada uno de los detalles, no sé si realmente hicimos eso o no, no recuerdo ni un sólo segundo.

Supongo que tendremos que repetirlo, sólo para refrescar la memoria. ¿No lo crees, Eijiro?

Buenas. Aquí tenéis un capítulo algo "hot" para compensar que siempre hago capítulos tristes.
Antes de nada, quiero decir que estoy practicando para poder narrar bien escenas +18 algo "explícitas" pero por ahora tendrán que conformarse con esto, srry.

Y perdón por todos los capítulos tristes, es sólo que soy demasiado fan de los finales tristes, les juro que lo empezaré a variar un poco más 😿