La oficina seguía igual que siempre, llena de papeles que revisar y firmar, proyectos que aprobar y ediciones en proceso. Las pantallas planas mostraban los avances de los comerciales en los que la compañía trabajaba para recibir opiniones, solo que eso no era lo importante en ese momento. No había nada más que le importara al Omega sentado frente a la computadora, tecleando y mirando con atención cada número que aparecía.
Parecía una lista sin fin, miles de números y letras que confundirían a cualquiera, a todos menos a SeokJin. Mantenía toda su atención en su actividad que incluso pospuso su honorario para no ser interrumpido. Cada vez le quedaba menos tiempo y necesitaba apresurar las cosas, había pedido ayuda pero él decidió darse prisa con la información que le habían dado hasta el momento. Miró un par de veces más los documentos en mano y los comparó con los que arrojó el computador, sonriendo triunfante y exhalando con fuerza.
—Te tengo.
Rápidamente imprimió los papeles y los tomó para meterlos en un folder rosa, caminó a la salida ignorando a su asistente curioso y fue directo a la oficina de su padre, la cuál se encontraba un piso arriba de la suya. No tenía ninguna expresión en el rostro, los demás bajaban la mirada al verlo pasar como era costumbre debido a su aura de superioridad. Ni siquiera notó las reverencias ya que en su mente solo tenía una cosa; hablar con su padre.
Llegó a la oficina del susodicho y entró sin tocar, cerrando fuertemente para atraer la atención del alfa mayor.
—¿Qué sucede, Jin?
—Sucede que no me casaré —soltó sin más, llegando frente al escritorio de su progenitor, éste ni siquiera se inmutó ya que era algo que conocía de su hijo.
—Tan tú cómo siempre —el alfa suspiró cansado, ignorando la mirada de su hijo y siguiendo con su trabajo.
—Hablo enserio. No me casaré con Minho... No cuando amo a otro.
Eso llamó la atención de su padre, dejando los documentos a un lado y por fin levantó la vista. Hace tanto que no veía en Seokjin esa chispa en los ojos, una que le decía que retaría su autoridad y quemaría al mundo por conseguirlo, solo que esta vez no habría nada que lo detuviera.
—¿De qué hablas? Tú lo prometiste.
—Nunca lo hice. La verdad es que solo necesitaba tiempo, solo así dejarías de presionarme con esa idea, pero en realidad jamás tuve en mente cumplir tu capricho —el Omega habló sincero y seguro, sintiéndose egoísta por primera vez pero sin arrepentimiento—. Pero ya no más, ya me cansé de todo, de ti. De qué quieras controlar mi vida, mis decisiones y hasta mis sentimientos.
El señor Park tenía la mirada perpleja, formando una mueca de disgusto tan pronto las palabras de su hijo hicieron eco en sus oídos.
—No me digas que...
—Así es. Quiero a mi destinado conmigo y me importa un carajo si estás de acuerdo o no.
—¡Seokjin! —ese gritó salió molesto al igual que su olor a cítrico amargo, realmente hacía notar su disgusto.
—¡No! Ahora tú me vas a escuchar a mí —el olor de su padre lastimaba su olfato pero sin hacerlo ceder—. Antes tenía miedo, pero ni siquiera era por mí, si no de lo que le harías a las personas a las que quiero.
—Todo es por tu bien. ¡Siempre he visto por tu futuro y el de tu hermano! Pero jamás has podido seguir una simple regla. Solo sabes cuestionar y cuestionar.
—¿Y por qué crees qué lo hago? ¿Y cuál futuro? Si solo quieres ver a tus hijos casados con quienes a ti te convenga. ¡Sin importar que los mates en el proceso! —el pelimorado miró con ojos de furia a su padre, ya no pensaba seguir aguantandose todo lo que quería decirle—. Y sí, sabes perfectamente a qué me refiero.

ESTÁS LEYENDO
Con Aroma A Café
FanfictionSeokjin ha caído ante los encantos de Namjoon, sin imaginarse que su familia estaría más involucrada a pesar de evitarlo. Tras esa máscara esconde a su sensible corazón, provocando que su amado sufra las consecuencias de sus palabras. Kim Namjoon de...