Casi me asusté cuando ambas hembras se agarraron a uno de mis brazos y empezaron a alejarme.
—Tenemos que prepararte para tu ceremonia de apareamiento —dijo Yamir mientras me empujaba tras él.
Lancé una mirada preocupada por encima de mi hombro hacia Jungkook, quien sonrió alentadoramente mientras se dejaba arrastrar por un par de hombres.
—No te preocupes —dijo Lia mientras nos seguía, tratando de no asustarme. —Solo te vamos a adornar con los colores tradicionales, luego te llevaremos de regreso a este lugar... hmmm... plaza, creo que la llamas. Allí, nuestra Vidente, Molzeg, bendecirá su unión. ¡Y luego, nos daremos un festín y bailaremos!
Sabía que una segunda ceremonia de boda me esperaba a mi llegada, pero pensé que me concederían una hora más o menos para relajarme, estirar las piernas, beber un trago, desempacar mis cosas y orientarme. Ni siquiera tuve la oportunidad de tomar mi bolso del mraka.
—No quiero ser descortés —dije mientras las dos mujeres me llevaban dentro de una hermosa vivienda justo al lado de la plaza y que parecía un poco más imponente que las otras. —Pero, ¿puedo preguntar por qué es la prisa? Acabo de llegar.
Afortunadamente, ninguna de las mujeres pareció ofendida por mis palabras, un aire de simpatía se instaló en sus extraños rasgos.
—Lamento que sienta que esto se apresuró —dijo Lia. —Debe ser abrumador para ti. Sin embargo, muchos de los invitados provienen de clanes vecinos. Han hecho un largo viaje hasta aquí para presentar sus respetos y honrar a su unión. Deben regresar a sus respectivos pueblos después de las celebraciones. Como viajamos de la manera tradicional, sería más difícil para sus jóvenes viajar después del anochecer.
—Ya veo —respondí, halagado y apaciguado por su respuesta. —No me había dado cuenta de que los pueblos vecinos pasarían por tantos problemas para mi boda.
—Por supuesto que lo harían —dijo Yamir con el ceño ligeramente fruncido. —Te vas a casar con el gran Cazador Jungkook Nillis, Líder del Clan Monkoo. Es la Lanza de los clanes Andturians de Xecania. Nos une a todos. Cualquier cosa menos habría sido una ofensa para él, pero especialmente para ti.
Estas palabras se sintieron como una advertencia, pero también como una gran carga que de repente se había posado sobre mis hombros. La forma en que me miró mientras las decía claramente significaba transmitir el hecho de que ahora tenía un deber que afectaría la posición de su hijo entre su gente, tanto aquí en nuestra aldea como entre los otros clanes. No había esperado por eso.
—Me siento honrado —respondí en voz baja.
Esa respuesta pareció complacerla. Sonriendo, me atrajo más cerca de la gran mesa que ocupaba la mitad de la gran sala que parecía servir como un comedor y sala de estar de planta abierta. No había cocina en sí, solo lo que, en el mejor de los casos, podría equivaler a una pequeño cocina. Los Andturians eran una especie centrada en la comunidad y no cocinaban individualmente, sino para el clan en su conjunto. En la parte de atrás, una serie de puertas conducían a lo que supuse eran dormitorios y espacio de almacenamiento.
Las enormes ventanas se comían la mayor parte de las paredes del área principal. Si bien nos daban una visión clara de lo que estaba sucediendo afuera, no permitían que las personas que estaban afuera de la casa vieran adentro. Y también era algo muy bueno, considerando que mi suegra inmediatamente comenzó a tratar de deshacerse de mi ropa.
Fue muy incómodo, aunque no inesperado. Como Namjoon me había advertido de mi boda en Andturian, lo había leído en mi camino hacia aquí. Como todo lo demás, su gente no usaba ropa. Mientras tanto, Lia estaba mezclando una especie de pinturas tribales que me aplicarían.
