Una emoción me recorrió cuando volvimos a la aldea. A pesar de lo extraño de nuestra situación, me entusiasmaba ver a mi futuro compañero y ver cómo había empezado a hacer de nuestra morada un hogar. Las diferencias entre nosotros estaban siendo mucho mayores de lo que había previsto al principio, al menos desde el punto de vista anatómico, pero haría falta mucho más para disuadirme de mi objetivo.
Una sonrisa se dibujó en mis labios cuando me acerqué a mi vivienda y encontré a Jimin preparando una zona de cocina junto a la pared izquierda, justo en el exterior.
—¡Ahí estás! —dijo Jimin con calidez—. Estoy haciendo buenos progresos.
—Ya veo —respondí.
—Se lo debo en parte al Temern —confesó el constructor.
—¿Sí?
—Envió una estufa y un horno para cocinar con un adaptador para nuestras fuentes de energía —continuó Jimin—. Sin eso, habríamos tardado un par de semanas como mínimo en construir una desde cero para tu compañero.
Aunque satisfecho por esta rápida solución, fruncí el ceño.
—¿Le has pedido equipo a Namjoon?
Jimin se rio.
—No, Gran Cazador. Namjoon lo envió, junto con varias cosas que tu compañera podría necesitar, como mantas, toallas, ollas y otras cosas. Lo llamó un regalo de bodas en nombre de la OPU —explicó.
—Ah... muy bien, entonces —dije, aliviado—. Pero, ¿por qué construyes esto fuera?
—Yoongi y yo estuvimos de acuerdo en que, estando la vivienda dentro de una cueva, a pesar de la buena ventilación, es mejor mantener la cocina en el exterior —respondió Jimin—. Como tenemos un clima cálido durante todo el año, no será un problema para él. Sin embargo, construiré un techo y medias paredes para que pueda seguir utilizándola cuando llueva. Añadiré un par de mostradores aquí y aquí.
—¿Puedes añadir un fregadero? —pregunté.
—Sí —dijo Jimin, frunciendo los labios—. Pero tendré que perforar la pared para conectarlo con el de dentro.
—Hazlo. Quiero lo mejor para mi compañero —dije con firmeza—. ¿Y sus necesidades de higiene?
—La ducha ya está preparado. El "retrete" es funcional, pero todavía es un trabajo en progreso. La verdad es que quería comentarlo contigo antes de terminar —dijo Jimin tímidamente.
—¿Qué ocurre? —pregunté, inmediatamente preocupado.
—No pasa nada, pero tu compañero es bastante modesto en sus peticiones —dijo Jimin, moviéndose con inquietud—. Según lo que me ha explicado, los humanos utilizan sus baños varias veces al día, a diferencia de nosotros, que solo vamos una vez a la semana, más o menos.
—Eso es correcto —dije.
—Bueno, él menciona que a veces tienen que ir durante la noche — continuó Jimin—. Parece bastante incómodo para tu hembra tener que salir de tu morada en medio de la noche para ir a la zona de higiene solo para usar el retrete. Nuestras noches pueden ser frías, y los humanos no tienen una visión nocturna adecuada como nosotros.
Me puse rígido y mis ojos se abrieron de par en par para comprender.
—Excelente observación, Jimin —dije, reprendiéndome por no haberlo pensado yo mismo—. Sería mejor tener un retrete directamente dentro de nuestra vivienda, y de paso una ducha.
—De acuerdo —dijo Jimin, animándose—. Pero tu compañero descartó inmediatamente la idea cuando la sugerí. Consideró que era demasiado trabajo cuando ya teníamos algo funcional, y que como nuevo miembro de nuestra tribu, debía adaptarse a nuestras costumbres.
