𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐈𝐈𝐈 "𝚌𝚎𝚗𝚊".

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Si, si... que si -exclamaba el portero mexicano mientras salía y entraba del área de entrenamiento despidiéndose de sus compañeros. Le urgía ir a ver lo que dejó pendiente con Messi.- Ya te dije que si, Edson, ahora, tengo que irme- Ochoa palmeó el hombro de su compañero con una sonrisa apresurada y el pulso acelerado antes de salir corriendo de ahí.

No pues parece que sí le urge. -Interrumpió Lozano llegando al lado de Edson quién lo miró extrañado-.

¿Qué le pasa?- cuestionó el más alto al Omega- ¿por qué tanta prisa por irse?-.

Lozano alzó sus hombros. -No sé, le preguntaré después. Ya vamonos.- Y entonces Hirving sonrió abrazando el brazo de su compañero alfa para irse. Este no se quejó y se dejó llevar por el omega.

Me gustó tu entrenamiento hoy, cada vez lo haces mejor, Chucky -exclamó Edson al caminar junto a Lozano, este sonrió de oreja a oreja. El olor de Lozano como omega era de chocolate blanco, el favorito de Edson, para variar, mientras que el del último mencionado constaba de menta y un toque de chocolate amargo.

Edson se dio cuenta de que su comentario había hecho feliz al omega al sentir su olor. Entonces este también sonrió disfrutándolo.

Ochoa corrió hasta llegar a la puerta de la habitación del jugador 10 de Argentina. Justo cuando iba a tocar la puerta para terminar lo pendiente, fue interrumpido.

-¿Ochoa?...- el alfa mexicano rápidamente se alejó de la puerta, girandose hacia donde provenía la voz. Era Dibu, el arquero del conjunto Argentino. Rápidamente el alfa fingió demencia y saludó.- Hey, hola... he...- hizo una pausa para tratar de recordar el nombre del alfa que tenía en frente- podés decirme Dibu- respondió con una sonrisa- ¿qué hacés afuera de la habitación de Lio?- y el mundo de Ochoa cayó ante sus pies. Entró en pánico.

Pues... yo...- rápidamente ideó algo- vine a... a... traerle esto -y alzó sus guantes de guardameta. Se maldijo a sí mismo por ser tan tarado-.

Ya... ¿y por qué le darás tus guantes?- Dibu estaba genuinamente confundido. -Ochoa, ¿te sentís bien?, necesitas que llame a alguien o...- pero fue interrumpido por el portero mexicano -¡no!, estoy bien, gracias, gracias... bueno, si lo ves... me lo saludas, buenas tardes, nos vemos, suerte- hablaba el alfa de cabello rizado con una sonrisa nerviosa mientras se alejaba del lugar, casi huyendo hasta el elevador.

Eres un pendejo Memo -se quejaba el alfa en voz baja mientras caminaba por una de las áreas del gigante hotel, la cual, parecía ser una zona comercial con tiendas de regalos. Bastante hogareño, pensó. Sacó su teléfono celular para hacer una llamada.

En cuestión de 10 minutos ya se hallaba ahí su fiel compañero, Lozano, consolándolo... ah no, riéndose de él.

No te llamé para esto Hirving, dios no puedo creer que estés haciendo esto -talló su rostro en bastante desesperación el alfa mientras escuchaba la risa escandalosa de su amigo Lozano- es que no puedo creerlo, solo a ti te suceden estas cosas Memo- negó terminando su momento de risa para soltar un suspiro y recobrar el aire que le quitó su burla- ¿en serio ibas a besarlo?- Lozano alzaba las cejas con un rostro de coqueteo hacia el más alto quién asintió ante la pregunta del jugador.

Me siento como un estúpido, Hirving, no puedo creer que esto me sea tan complicado. No puedo creer que un omega me ponga tan nervioso, ¡soy un alfa, carajo!- se quejó pasando su mano derecha por sus rizos definidos-

A ver, "todas mías" -y entonces Hirving serio entró a la cancha- deja de preocuparte por si eres dominante o no, eso es una porquería. Te pone nervioso porque te gusta, lo quieres morder, quieres hacerle hijos, eso es normal, ya Guillermo, relájate, deja que fluya todo.- Lozano se recargó en la pared junto a su amigo más alto.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora