𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑳𝑰𝑰𝑰 "¡𝚗𝚊𝚟𝚒𝚍𝚊𝚍!".

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Era 24 de diciembre. Y en casa de Guillermo lo sabían, ahora que estaba al lado del amor de su vida, esa fecha le pareció increíblemente hermosa.

¿Ya le dijiste a Hirving y a Edson que los esperamos esta noche?- Lio se hallaba sentado sobre la barra de la cocina, por alguna extraña razón se le "antojó" subirse ahí, así que Guillermo lo alzó con cuidado para que viera desde ahí como este preparaba la cena de navidad.

Lo hice, mi amor- Ochoa pasó al lado de Lio para tomar el relleno del pavo, pero antes dejó un beso sobre el vientre de su omega. Este tenía una pelotita pequeñísima de su cachorro. El día anterior habían ido al doctor a la cita programada de Lio. Todo estaba marchando bien, no habían nauseas, mareos, ni nada exagerado, solo de vez en cuando.

¿Querés que envuelva sus regalos?- Lio sonrió acariciando el cabello de su alfa con amor. Este era suave y olía ¿a ricitos de oro?.-Mi amor, ¿usás ricitos de oro?- Lio jamás había visto aquel shampoo en el baño que usaban ambos. Lo que sucedió es que Ochoa lo escondía porque eso no era de "alfas". Que alfista( término que me acabo de inventar como sinónimo de machismo. Sigamos).

Sí, es que... -Ochoa suspiró avergonzado - una vez Guardado me hizo burla por usarlo, y me hirió el orgullo con una espada filosa. Así que... no quería que pensaras mal de mí- los traumas del alfa le parecieron tiernos a Lio.

No me voy a reir de vos, ¿me podés regalar después?- entonces Ochoa asintió entusiasmo al ver que su omega lo aceptaba con todo y su shampoo de bebé.

Bueno, iré a envolver sus regalos- Lio bajó de la barra con cuidado al sostenerse de su alfa; pero justo cuando su rostro bajó cerca del de Ochoa, Lio dejó un beso en su frente.

Mi amor, ¿sabes de quién es cada regalo?- Lio asintió ante aquella pregunta. - ¿A qué hora llegarán?.

Lio se encaminó hasta la sala que estaba al lado de la cocina. Sonrió al ver lo lindo e iluminado que se veía el árbol de navidad azúl y rojo. Frente a él se hallaban los regalos de cada uno.

Me dijeron que...hmmm.- Ochoa no recordaba la hora en la que sus amigos llegarían para pasar la navidad juntos.- Ahorita reviso porq- ¡se me está quemando el ponche!- Lio rió a carcajadas al oír la desesperación de su alfa y todas las maniobras y cazuelazos que este daba por el líquido que se le estaba quemando.

Lio no dijo nada más, solo suspiró sonriendo. Amaba a su alfa con todo y su distracción.

Los minutos pasaron en silencio pues, cada uno estaba en lo suyo, de vez en cuando se escuchaba algún "te amo" desde la cocina o desde la sala.

Entonces Lio debió hablar primero -Guille, mi amor, ¿sabés dónde quedó el papel para envolverlos?- Messi buscaba como loco incluso detrás de los cojines de los amplios sofás.

¡Está en el dese, arriba de la desta!- respondió Ochoa. Lio se detuvo en seco mirando hacía la dirección de dónde venía la voz.

¿Qué era un "dese" y una "desta"?- mi amor, no sé qué es eso, ¿me estás ofendiendo?- Lio rió bromeando, entonces Ochoa llegó hasta la sala.

Perdóname - habló entre risas- mi México lindo. Están encima de ese mueble, están tapados - Ochoa señaló en la dirección que indicaba. Entonces Lio tomó los papeles con decoración de navidad. Eran lindos.

Por cierto, Lio, deja sin envolver el regalo de esa bolsa, es el que yo compré para ti- Guillermo dio una última indicación con una sonrisa para regresar a la cocina.

Entendido, mi amor- Lio se sentó en uno de los sofás para comenzar a envolver con alegría los regalos restantes, pero volvió a reír a carcajadas al oír que Guillermo decía: "¡sí se me quemó el ponche!".

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora