𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐕𝐈 "𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊𝚗𝚣𝚊".

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Mejoraste un poco, hasta parece que no estás mal -entonces Lozano habló para Ochoa quién salía del baño, arreglado para ir a pasear por ahí con sus amigos.

Hirving no estoy para tus chistes y juegos. Solamente voy para no quedarme hundido en este cuarto, quiero largarme ya, estoy hasta la madre de Qatar. -Y sin decir más, se acercó a la puerta para salir y encontrarse con sus amigos.

Perdón, tienes razón... -Ochoa regresó para revolver el cabello de Lozano, dedicándole una sonrisa tibia. Lozano también sonrió.

Ambos salieron de la habitación.

Supe que hay unos lugares bien chingones a los que podemos ir -Andrés alentaba la convivencia de todo el equipo que a pesar de la derrota, la idea del paseo les pareció increíble. A todos menos a Guillermo.

Mientras viajaban en las camionetas de 2 en dos por cada asiento, Ochoa mantenía su mirada fija en la ventana, pero su mente en el omega, en sus labios, en su sonrisa, en su voz... en él. Todas esas cosas no las volvería a ver, ni mucho menos a sentir. Cerró sus ojos evitando que las lagrimas se formaran en ellos.


El entrenamiento para la Scaloneta terminó, aunque apenas iniciaría para Lio, quién salió hecho una furia de ahí, la idea de que Guillermo haya estado consolado por ese omega lo consumía. Entonces de Paul se acercó a él.

Hombre, decime, ¿te pasó ahora?. -En realidad de Paul era un gran amigo de Messi, casi como lo era Lozano para Guillermo.

Messi no pudo ocultarle nada y comenzó su relato. -¿Entendés?, lo estaba abrazando.

De Paul alzó sus cejas. -Lio, no tenés cara para reclamar eso. Tú fuiste el que le dijo que no te buscara, incluso aún así lo hizo, además... ¿no lees noticias sobre tu novio?, Lozano es como su hermano, hombre. Se conocen desde que eran jóvenes, se apoyan en todo, además... yo te abrazo a ti, y no veo que ese alfa tuyo se queje de eso. Tenés que respirar Lio, estás haciendo las cosas mal.

Las palabras de su compañero, alfa, le cayeron de lleno, frías, sinceras pero sobre todo, reales. Un frío recorrió el cuerpo de Lio. De Paul tenía toda la jodida boca llena de razón, pensó entonces el omega argentino.

... ¿y qué hago?... ya lo perdí... -Messi bajó su mirada, odiaba sentir ese nudo en su garganta, prefería sentir un nudo en... bueno, chistes de omegas. No era momento para eso, pensó.

Hombre, Lio, regresá... ¿que hacés cuando perdés un partido?...

Entonces Messi alzó su vista a De Paul. Sonrió de oreja a oreja. Ya sabía qué hacer.

El conjunto mexicano estaba disfrutando de vistas y lugares muy bellos en Qatar, claro, siempre con toda la seguridad. Aveces firmaban algunos autógrafos y se tomaban fotos a pocos aficionados latinos del lugar.

Pero Ochoa no lo estaba disfrutando para nada. Pensó en que todo eso estaría mejor con Lio a su lado, con su dulce omega.

Debí decirte cuan importante eres para mí... quizá así te habrías quedado conmigo... -pensó Ochoa. Se sumió en sus pensamientos.

Su mirada resultaba ser una perdida fijamente en algo, pero al mismo tiempo, sin procesar nada. Sus ojos que siempre se mantenían brillantes, ya no lo estaban, se veían apagados, solos, anhelando sólo una cosa: ver a Lionel Messi.

A pesar de todo, Guardado y Lozano siempre estuvieron constantemente con él, tratando de animarlo y borrarle a Lio por un momento de su mente, pero este jamás volvería a dejarlo. Estaban destinados a estar juntos, solo que aún no lo sabían... simplemente lo sentían.

La noche llegó y con ella, llegaron todos los jugadores mexicanos al hotel después de su visita a estos lugares. Todos fueron a sus respectivos cuartos para descansar un poco y, a las 3 am, salir hacia el aeropuerto.

Bueno, nos vemos más al rato... si necesitas algo sabes que me puedes marcar... a lo mejor no te respondo pero igual -Lozano rió mientras hablaba con Ochoa antes de perderse en el piso de su habitación. Esto contagio de algo de felicidad a Ochoa que también rió.

Entonces Lozano bajó en su piso despidiéndose de Guillermo. Al quedarse solo en el elevador, suspiró. Recordó el día en el que había experimentado la gloria al respirar el olor de Lio. Bajó su mirada algunos segundos antes de que el elevador terminara en su piso. Caminó hasta su habitación y entró.

Messi estaba realmente agotado, físicamente, mentalmente, de cualquier cosa que se pudiera agotar alguien, así estaba él. Scaloni lo había castigado por haber tenido esa actitud en el entrenamiento haciéndolo regresar y entrenar durante todo el día hasta que lo hiciera bien.

Ya sin fuerzas, logró llegar hasta su habitación. Le molestaba más la idea de saber que no había tenido tiempo de ir a buscar a Guillermo, no sabía si este ya de había ido a México. Investigaría.

Entonces tomó una decisión. Buscó a Hirving Lozano en sus redes sociales pues, quería saber a qué hora se irían al aeropuerto, estaba dispuesto a ir por Guillermo, solo que quería hacerlo cara a cara, frente a frente. Ya no huirá de los problemas.

"Hola, Hirving. Sé que quizá debes estar odiandome, pero no quise hacerlo, me vi obligado. ¿A qué hora sale su avión?, necesito hablar con Guillermo. Porfavor...".

Y entonces lo envío. Suspiró esperando una respuesta de Lozano.

Cosa que no llegaría pronto...

Posteriormente a eso, decidió hacer otra cosa. Volvió a levantarse de su descanso, del primer descanso que había tenido en todo el día para salir de su habitación nuevamente. Tenía algo que comprar en una de las tiendas lujosas del hotel. Y ya sabía qué era.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora