𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝑿𝑿𝑿 "𝚖𝚊𝚛𝚌𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚎𝚛𝚛𝚒𝚝𝚘𝚛𝚒𝚘".

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Ochoa aún no sabía que podría ofrecerle como recompensa a su omega por el próximo triunfo que sabía que este tendría en su partido. Pero ya era tarde para pensar, ya casi iniciaba.

Llegó corriendo hasta el estadio y encontró ahí su lugar, aún, en cubierto. Se aseguró de estar lejos de donde habían grandes aglomeraciones de personas, así sería más seguro de que no los reconocieran.

Aún no sabía si el hecho de que la sociedad se enterase de lo suyo con Lio fuera bueno, y mientras este siguiera en el mundial, no quería averiguarlo, por ende, debían seguir manteniendo su relación en secreto.

Pero lamentablemente habían personas que no pensaban igual que él, personas que lo odiaban por haberse burlado de él...

Pero Ochoa ni siquiera pensó en esa situación. Grave error.

Entonces el chillido del silbato lo hizo gritar junto a los aficionados, eso sí, su vista se hallaba siempre en su omega Lio, quién era increíble, pensó Ochoa.

El primer gol apareció y fue para argentina. Este partido comenzó resultando sencillo para el conjunto albiceleste por encima de los rivales, pero eso daría un giro inesperado.

Después de que Argentina asegurara su pase con un segundo gol, comenzó la verdadera batalla. Un gol por parte de países bajos atravesó la portería del Dibu Martínez, Ochoa se preocupó.

Pero su preocupación se hizo más al ver que los demás jugadores del equipo contrario al de su omega, entraba a la cancha empujando a dos compañeros de este. Por un momento pensó en entrar hasta proteger a su omega, pero afortunadamente la situación se calmó.

La tensión en Guillermo era mucha. Si Lio perdía este partido, estaba seguro de que Scaloni haría lo imposible para separarlos y si no lo lograba, su omega debía despedirse del equipo.

Lio también lo sabía.

Los ojos de Ochoa se pusieron pesados y algo húmedos por la tensión que estaba sintiendo, y al imaginarse ese fatídico final.

Después de tiempos extras, el partido se fue a penales en un empate 2-2.

Tanto los aficionados de ambos equipos como Guillermo, festejaban cómo locos cada penal que metía su equipo, y que fallaba el contrario. Pronto la tortura terminó y Ochoa sintió que pudo volver a respirar. Argentina se había metido a las semifinales.

¡Estamos en semifinales, Lio!-Dibu era uno de los que se hallaban fuera de vestidores acompañando a Lio quién, esperaba la llegada de su alfa para también festejar.

Lo sé. Lo hicieron muy bien, a este paso, ganaremos la copa -respondió el omega 10 de argentina con una sonrisa y gran felicidad notoria.

Vos sos un...-pero Dibu no pudo terminar su frase porque había sido interrumpido por una voz y un idioma ajeno a ambos. Para mala suerte de Lio, quien interrumpió definitivamente no fue su alfa. La persona resultó ser una importante de Qatar, que se hallaba felicitandolos por su entrada a la semifinal.

...Gracias... ¿qué dijo?-Lio cuestionó a su compañero Dibu quién alzó sus hombros, dedicando una sonrisa confusa.

Ha dicho que lo habéis hecho genial.-Una nueva voz interrumpió, y junto a ella, un olor a piña, característico que jamás había olido antes Lio en un alfa.

Mucho gusto, me llamo Lucas-entonces el alfa español extendió su mano hacia el omega con una gran sonrisa. Lio la tomó amablemente.

Un gusto, yo soy Dibu-entonces el arquero quitó la mano de su amigo omega para ahora él tomar la del alfa. Inmediatamente se dio cuenta de lo que estaba pasando.

Y yo Lion...-pero no pudo terminar de hablar.

Sé quién sois, Lionel Messi. Soy gran admirador tuyo -Lucas no apartó la mirada del omega frente a él. Después de traducir algunas palabras por parte de ambas nacionalidades, la persona proviniente de Qatar, se retiró.

Pero Lucas ahora que tenía la oportunidad de servir como traductor de idiomas, no iba a desaprovechar intentar ligar con el mejor del mundo. Dibu era alfa, él se dio cuenta de eso, cosa que Lio no pues, él estaba esperando a alguien más. Para su suerte, llegó.

¡Mi vida!, ya llegaste, te tardás años-Messi esquivó al alfa frente a él al ver que detrás de su espalda, llegó caminando Ochoa. Pero este había hecho que su olor a café recién hecho se sobre pusiera sobre el de piña.

Vi tu partido, Lio, mi dulce Lio, me preocupé mucho. -Ochoa abrazó con ternura a Messi quién había llegado hasta él hace algunos momentos.

Y, ¿él quién es?-Lucas cuestionó al portero argentino con notable indignación.

El alfa de Messi, hermano -Dibu palmeó orgulloso el hombro del alfa olor a piña, con una sonrisa amplia.

¿Por qué te preocupas amor?, todo resultó muy bien. Solo las cosas se pusieron algo tensas, pero estamos en semifinales -Messi sonrió mientras Ochoa lo aprisionaba con autoridad contra su cuerpo.

Me preocupé porque...-suspiró para responder con sinceridad-pensé que podrían no lograr clasificar, y que por ende, tu director técnico te obligué a alejarte de mí o intente sacarte.-Pero sonrió-me alegra ver que estés llegando tan lejos, estás en semifinales, estoy muy orgulloso de ti... sé que puedes hacerlo.

Messi sintió su cuerpo cálido pero no por haber corrido como un loco ese partido y en todos los anteriores, sino por las palabras de su alfa. Lo amaba con todo su corazón.

Disculpa, Lionel. Ha sido un placer conocerte, y bueno, veo que estáis ocupado-rió fingiendo amabilidad-espero poder verte después, adiós.

Adiós, Lucas.-Messi solo miró algunos segundos al alfa olor a piña, pero inmediatamente volvió a regresar su vista hacía su alfa.

Ochoa, aprovechó la oportunidad antes de que Lucas se fuera. Estaba hecho una furia, se notaba en su olor, en su rostro, y también en sus acciones pues, Lucas alcanzó a ver cómo Ochoa unía sus labios apasionadamente sobre los de Messi, al mismo tiempo en que lo impregnaba con su olor, y se aseguraba de que el alfa español mirara la marca en el cuello de Messi, la cuál se cubría por el cuello de su playera.

Lucas miró cada detalle que el alfa de Messi se encargó de enseñarle. Soltó un suspiro pesado antes de irse.

Dibu se hallaba hasta el fondo cubriendo su boca incrédulo con una sonrisa. Se emocionó al ver a los tórtolos felices, pero más al darse cuenta de que el alfa de su amigo era dominante, y que este no permitiría que se le acercara cualquier otro. Se sintió en una novela.

Ochoa llegó hasta el pasillo donde al final de este y girar en otro, divisaría a su omega esperándolo con un gran abrazo. Pero sus fosas nasales se abrieron empapando estas de un olor desagradable. A piña. Él sabía que este correspondía a un alfa, por lo que inmediatamente que giró, observó que justo como lo creyó, ahí se hallaba un alfa joven un poco más bajo que su estatura, compartía palabras sin dejar de mirar a su dulce omega.

Inmediatamente pudo percibir en su olor sus intensiones. Le molestó. Pero tenía una gran idea, así que caminó con seguridad acercándose a ellos, haciendo más fuerte su olor de alfa.

Estaba celoso, y no permitiría esa acción y esa actitud con él.


Ochoa caminó junto a Messi tomando su mano. Después de esperar hasta que su omega terminara de festejar arduamente como siempre lo hacían en la Scaloneta, después de su victoria, ambos salieron del lugar para ir hacia dónde se hallaba el hotel.

Una vez llegados a través del auto aún rentado, entraron al lobby, pero, en el momento en el que Ochoa hablaría para decir que aún no tenía algo preparado para su omega, su celular sonó en llamada.

¿No vas a responder, mi vida?-Lio miró extrañando a Ochoa quién negó.

Es Hirving, seguramente no es nada. Ha de querer contarme alguna tontería, o seguramente quiere que vaya a verlo porque está aburrido.-Pero las palabras que dijo Messi a continuación lo preocuparon.

Pero él estaba con Edson... no creo que esté solo y aburrido, amor...-Ochoa lo miró fijamente. Entonces contestó.

Al otro lado del teléfono se podía escuchar un llanto. Su gran amigo Hirving, estaba llorando.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora