𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈 "𝚍𝚎𝚛𝚛𝚘𝚝𝚊. 𝙳𝚘𝚕𝚘𝚛."

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Pero ándale, cuéntame más detalles -interrogaba Lozano con descaro a su amigo Ochoa, quién se le veía basante feliz-.

No lo haré. Solo te diré que es magnífico. Es la persona que siempre desee. -Sonrió Ochoa soltando un suspiro profundo al recordar los labios del omega que estuvo en sus brazos, y que ahora, jamás soltaría.

Bien, bien chicos, vení, vení - interrumpió la magia el técnico de México. Después de compartir algunas palabras sin importancia todos salieron con rumbo a la cancha.

Guillermo estaba más que motivado, ahora tenía a alguien para que lo abrazara en sus logros y fracasos. Ahora tenía una razón para anhelar quedarse. Era Lionel.

Messi estaba bastante nervioso, cosa que de Paul logró notar. -¿Te pasa algo Lio?- preguntó algo preocupado a su amigo quien inmediatamente negó.

Últimamente has estado muy raro, andá, decime, soy tu amigo -y entonces De paul pasó su mano por el hombro de Messi para abrazarlo pero inmediatamente se alejó al percibir su aroma. -Lío... tenés un olor raro... como a café... tu no olés a eso-.

Messi se preocupó pero era momento de que alguien lo supiera.

Y eso... que ese olor es de él... -terminó por contar Messi, esperando un regaño por parte del más alto. Pero fue todo lo contrario. De Paul se echó a reír feliz.

Que decís hombre, que esto es lo mejor que te ha pasado, no te preocupes, tenés todo mi apoyo -terminó de hablar calmando al Messi alterado y nervioso. Ahora estaba feliz pues, tenía el consenso de uno de sus grandes amigos y compañero.

¿Qué podría salir mal ahora?. Lio podría ser feliz con el alfa arquero mexicano.

Los minutos de ambos partidos pasaban lento. Ochoa trabajaba como nunca alentaba a su equipo y de su mente no salió en ningún momento la imagen de Lio junto a su olor y al sabor de sus labios. Eso hizo que se motivara más.

El primer gol llegó y para suerte de Ochoa, fue para México. Festejó como nunca lo había hecho antes. Ahora sí que todo le estaba saliendo bien.

El partido para Messi estaba siendo complicado durante el primer tiempo, el fallo de ese penal lo estaba condenando, pero al pensar en la récompensa de 1.85 que lo esperaba con los brazos abiertos, se emocionó.

Ambos equipos lo tenían todo para ganar, y en especial ellos dos.

El segundo gol de México llegó. La victoria estaba hecha, nada podría arruinar ese momento, solamente necesitaban uno más para quedarse, sólo uno...

Pero de pronto todo se paró.

Arabia había logrado atravesar la barrera inquebrantable del portero mexicano con un gol. El mundo de Ochoa se vino abajo e inmediatamente pensó en Lio.

Por su parte para Lio y el conjunto todo estaba saliendo bien, sin goles en contra. Lio deseó terminar para correr y contarle a Ochoa mientras este lo abrazaba y ambos se quedaban juntos hasta terminar el mundial.

Pero eso nunca sucedería.

El partido terminó.

El conjunto mexicano estaba destrozado, desolado, inconsolable. Lozano derramaba algunas lágrimas mientras que Ochoa solo pudo terminar hincado en el frío pasto de la cancha de Qatar.

Tendría que regresar a México. Tendría que abandonar su nueva ilusión y su nueva oportunidad de estar con alguien increíble, de estar con el que pudo ser su omega, padre de sus hijos... Messi.

Todo ese transcurso de salir de la cancha pasó sin que el alfa se diera cuenta. No sabía cómo decírselo a Lio, o si este ya estaba enterado. ¿No dio lo mejor de él?, ¿no estaban destinados?. Las lagrimas pronto inundaron sus ya no brillantes ojos.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora