𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐕𝑰𝑰𝑰 "𝚌𝚘𝚖𝚒𝚎𝚗𝚣𝚘".

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Una vez encontrada y con toda la esperanza del mundo puesta en ella. Marcó la opción de hacer una llamada de voz de la aplicación.

Se levantó de su incomodo lugar y giró su cuerpo quedando frente a la fuente.

Entonces esperó a que respondiera Ochoa. Cosa que no hizo la primera vez. Pero Lio ya no dejaría de hacerlo.

Volvió a marcar.

Así lo repitió 3 veces más... con esa serían cuatro...

comenzó a hablar.

Guillermo... no sé si podés escucharme... pero he estado buscándote... no tengo palabras para decirlo, solo quiero decirte... perdoname. -Suspiró antes de continuar, guardó sus ganas de llorar para después-. Jamás había estado tan cerca de amar como ahora que te conozco... no quise alejarme de ti, eso es lo que quiero decir... no quise... me equivoqué, mucho... me aterró la idea de no volver a hacer lo que amo que por eso dije que no quería verte más, mentí... no quiero estar un minuto más sin ti... -y entonces la fuerza que hizo por no llorar desapareció pues, ya lo estaba haciendo. Su voz era dolorosa y difícil de mantener. Hacía pausas constantes en las cuales solo de podían oír sus lamentos.- No me quiero ver sin ti más. Perdoname. Porfavor... regresá... te necesito. No me importa si me sacan del equipo, estoy dispuesto a dejarlo si quieren alejarme de ti otra vez... lo haría... todo por ti...

Y entonces bajó la mano que sostenía su celular en su oído y junto a ella, su cabeza. Ahí estaba el omega, llorando.

Ya no vería más a Ochoa.

Pero algo qué el no sabía era que esté se hallaba detrás de él, en la puerta que daba hacia los jardines. Había escuchado todo, pues había respondido.

Caminó algunos pasos, haciendo algo de ruido. Eso llamó la atención de Lio quién, inmediatamente volteó.

Ambos vieron al amor de su vida frente a ellos.

La imagen que estaba frente a Lio parecía un sueño, ambos mantenían la misma expresión. A Messi le costó algo de trabajo volver a la realidad, estaba anonadado. Dio solo un paso antes de quedarse completamente inmovil, ni siquiera podía moverse.

Guillermo... -susurró. Pero este no espero más. Corrió hasta Lio. Ochoa abrió sus brazos y Lio también, y justo cuando sintió nuevamente el olor de su alfa en su rostro, sintió que iba a desvanecerse ahí mismo, cosa que hizo que Guillermo lo sostuviera con bastante fuerza.

Ambos se unieron en un abrazo en el cuál querían estar más allá del otro, como si quisieran ser solo 1, querían fusionarse. Jamás habían experimentado un abrazo tan cálido, lindo, y sincero.

Las lágrimas de Guillermo cayeron pero esta vez eran de tranquilidad. Pasó su mano hasta la cabeza del más bajo, apretando esta con ternura sobre su pecho. Depósito un beso profundo en la misma. Messi sólo podía aferrarse con fuerza a su alfa, de igual manera estaba llorando, pero la diferencia es que ya no lo hacía solo, y no lo haría solo nunca más.

Sintió alivio y felicidad.

Se separaron casi al mismo tiempo. Sus ojos llorosos se encontraron pero sus labios lo hicieron también. Fue el beso más tierno que alguno pudo sentir jamás en su vida. Era profundo, tierno, cálido, suave y hacia que ambos sintieran que lo necesitaban, y que ahora todo estaría bien.

Casi sin querer hacerlo, lograron separar sus labios, pero unieron sus frentes. Lio soltó una risa que hizo que Guillermo sonriera ampliamente. Hasta el momento ninguno había dicho ninguna palabra, siendo Ochoa quién rompió el dulce silencio.

Estás aquí... estoy contigo -entonces ambos separaron sus frentes para admirar el rostro contrario. Ochoa sonrió.- Sigues igual de hermoso... no sé que habría sido de mi sin tus lindos ojos mirándome así... gracias... por devolverme la felicidad...

Habló Ochoa con suavidad. Lio sonrió.

No quiero estar sin ti, yo... me equivoqué y me arrep... -pero fue interrumpido con un beso suave de su alfa.

Lo sé, lo escuché todo... respondí la llamada para saber en dónde estabas, pero al escucharte hablar, me di cuenta de que estabas más cerca de lo que pensé, y vine hasta aquí... lo entiendo. Ahora veo que lo hiciste porque tenías miedo pero -y tomó con sus manos las mejillas de su omega con suavidad.- Te prometo que nadie nos va a separar y que nadie va a lograr que te saquen de lo que amas hacer... voy a cuidarte.

El olor el alfa fue llenando a Messi quien gracias a eso y a las palabras de Ochoa, su alfa, fue tranquilizandose.

Guillermo... ¿qué haría sin ti?... -y volvió a besar sus labios de una manera como si jamás los hubiera besado antes.

Repentinamente Messi recordó lo que había comprado para Ochoa. Se separó trayendo su mano hacia el frente del alfa. Messi sonrió.

En sus manos de hallaba una pequeña caja. Entonces la abrió. Dentro de la caja de hallaba un anillo de promesa.

Mirá... es un anillo de promesa...-Ochoa sintió como su cuerpo se sentía cálido de repente por lo que el más bajo diría.

Lo compré para ti... este anillo representa mi lealtad, mi cariño, y mi compromiso... quiero estar contigo, quiero estar con vos... y no quiero separarme jamás de ti. Te prometo, por medio de este anillo... que lo haré, que estaré siempre contigo... si lo aceptás... -y entonces tomó el anillo de la cómoda caja.

Ochoa no lo pensó ni un segundo y acercó su mano para que su omega colocara el anillo en su dedo. Sus ojos estaban llenos de lágrimas de felicidad.

Acepto la propuesta, Lio... yo también quiero estar contigo, quiero que estemos juntos... Lio... te amo.

Messi sonrió. -Yo también te amo, Guillermo.

Ambos volvieron a besarse. Nada los separaría jamás.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora