𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝑿𝑰𝑰𝑰 "𝚎𝚖𝚋𝚛𝚒𝚊𝚐𝚊𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚊𝚖𝚘𝚛".

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No sabemos porqué hizo eso, ya te lo dije en la mañana, hay que calmarnos primero y dejar que él se explique.

Una vez en la habitación de Ochoa, Lozano era quién tenía más la palabra al hablar, Andrés solo asentía ante sus palabras. Hirving sentía que le daría un toque de esperanza a su complicado y triste amigo, pero este negó.

Ochoa no se hallaba mejor que Lio, al contrario... incluso de le veía peor. Su nariz era roja, sus ojos estaban cabizbajos, fríos, secos... su postura constaba de él sentado en el sofá, sus piernas estaban arriba de él, y simplemente se limitaba a mirar a la nada. Vacío.

No, Hirving... no voy a esperar, no voy a darle tiempo a algo que no lo tiene... ¿no lo escuchaste?, no quiere verme más, nunca más, eso fue lo que dijo... y yo le creo, así que... -hizo una pausa que le resultó en un dolor en su garganta antes de continuar- dejemoslo así. Simplemente regresemos a México y hagamos como que esto... que nada... de esto... pasó...- el tono de su voz se fue haciendo cada vez más bajo al terminar.

Nuevamente su pecho dolía, se sentía como si este fuera a desaparecer detrás del respaldo del sofá. Sus ojos volvieron a recordar su labor a través de una estimulación de tristeza que los puso a trabajar. Volvieron a inundarse de lágrimas que inmediatamente limpió antes de que tan siquiera estas pudieran bajar y dejar sus hinchados ojos.

Ochoa miró a sus compañeros quienes estaban ahí, sentados sobre la cama, mirándolo... con un rostro genuino de pena. Se sentía un completo idiota...

Tomó otro pañuelo limpiando sus ojos y su nariz. Mordió su labio evitando el sentimiento que se formaba en su pecho y terminaba en su garganta.

...lamento que esto haya terminado así...- exclamó Andrés en un susurro-. Ochoa asintió de inmediato. Él también lo lamentaba, incluso más.

Nos vamos a México en 1 día... en la noche...bueno, en la madrugada... a las 3...oye, Memo... estoy muy orgulloso de ti, lo hiciste increíble en los partidos- alentó ahora Andrés, ya que Lozano se hallaba algo indispuesto emocionalmente para seguir ofreciendo un apoyo que él también necesitaba pues, el dolor de su amigo, más la perdida de la oportunidad de ganar la copa 2022, lo rompía.

Gracias... -esbozó Ochoa quién había devuelto su vista a cualquier otra cosa que no sean sus compañeros, ya no quería su pena... ni mucho menos una compasión tonta.

Compasión tonta por la emoción que había descargado en el omega que lo rompió en mil pedazos. Había sido como un estúpido adolescente emocionado por su primer amor, ahora sabía, con dolor que eso solo lo había vivido él... aunque por un momento se sintió como si no fuera así.

Lo que ninguno de los dos sabía es que entre ellos ya existía un lazo que se había formado desde que se conocieron. Ambos podían sentir la tristeza inmensa del otro, sin saberlo. el cariño que sentía Guillermo por el más bajo era mutuo... ambos tenían la misma sensación calida por el otro.

... ay ya, tú también ven acá -Andrés abrazó sorpresivamente al lagrimeante Lozano quien inmediatamente soltó su llanto.

No di lo mejor de mí... pude haber dado más -exclamó entre pausas de su llanto. Andrés negó apretando a su amigo contra él-. Eres una promesa Hirving... no dejes que este error te sumerja, yo, todo México confía en ti... tú también hazlo. Volveremos, más fuertes...

El corazón de Lozano pareció calmarse pues, de cierta manera lo sabía, solo hacia falta que alguien se lo dijera.

Ochoa miró la escena con ternura. -..
Yo también quiero...- habló en un hilo de voz y entonces sus dos compañeros extendieron sus brazos, Ochoa se levantó de su frío lugar para abrazarlos. Ahora estaban los 3 sumergidos en un calido abrazo que hizo que el portero sintiera por primera vez algo de tranquilidad y esperanza. ¿Qué haría sin ellos 2?.



Creo que no deberías de beber así... -habló Lozano sirviéndose un poco más de alcohol de Qatar, mirando a su compañero y amigo alfa, quién, ya llevaba en cuarto vaso en menos de 10 minutos.

Andrés y Lozano habían logrado convencer a su desdichado amigo de salir a beber a un bar de hotel pues, no habían tenido la oportunidad antes. Ochoa al imaginarse perdido en el alcohol, aceptó de inmediato.

Tranquilo Hirving, estoy bien -y Ochoa entonces procedió a beber su vaso servido de una forma rápida, el cuál, hacía simular la sensación de quemar su garganta, pero después de haber experimentado ese dolor en la mañana por Lio, ya no sentía tanto ese trago.

Transcurrieron 2 horas de lo mismo, Ochoa ya estaba perdido en el alcohol.

Andrés intentaba quitarle la botella y los vasos que se servía sin parar, pero también sin éxito.

Esto fue una pésima idea, Andrés, wey... ¿qué hacemos?- Lozano trataba de sostener a Ochoa para que su cabeza no chocara bruscamente contra la mesa del bar. El alfa sólo podía dedicarse a 3 cosas: beber, llorar y repetir innumerables veces el nombre de Lio.

Entre los dos no podremos con él... le voy a hablar a Edson que venga, -Y Entonces hizo eso, pero este no respondía- necesito que venga y que nos ayude a cargarlo para llevarlo a dormir... Hirving, te lo encargo muchísimo, no lo vayas a descuidar...voy por él.

Lozano asintió aún tomando a su amigo fuertemente. Entonces Andrés salió aventurado por Edson quién para su mala suerte, no respondía aún su celular. -Puta madre Edson, cuando se te ocupa no estás...- se quejaba Andrés ingresando al hotel.

Entonces a Lozano le entraron unas ganas tremendas de ir al baño, pero, tremendas. Se removió en su lugar.

... Andrés me dijo que lo cuidara... pero, Memo... pss... Memo... ah, está dormido... bueno, voy rápido al baño, no me voy a tardar, no creo que se mueva -entonces Lozano se levantó de su lugar con ya dificultad y dejó a Ochoa con su rostro recostado sobre la fría mesa. Pero Hirving se equivocó, Ochoa no estaba dormido.

Hirving secaba sus manos frías después de lavarlas y salir del baño con una sonrisa pues, esperaba que Andrés ya estuviera ahí con Edson, pero ninguno de ellos estaba, y tampoco estaba el borracho que había dejado sobre la mesa. Su sonrisa fue abandonando su rostro lentamente. -Ya la cagaste Hirving...- susurró preocupado al ver que Ochoa ya se había ido de ahí, ¿a dónde?, pues ahora tendría que ir a buscarlo.

Ochoa había aprovechado el primer segundo en el que Hirving había entrado al baño para, con mucha dificultad y tambaleos levantarse y salir de ahí. Parecía un zombie caminando.

Ahora este se hallaba ingresando por el lobby del hotel, directo al elevador. Aún tenía una misión.

Iría hasta la habitación de Lio, arreglarían las cosas.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora