𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑿𝑿𝑿𝑰𝑽 "𝚖𝚊𝚛𝚐𝚊𝚛𝚒𝚝𝚊𝚜".

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Ven-Ochoa rápidamente jaló a Hirving hasta esconderse detrás de un arbusto que los cubría casi perfectamente. En realidad se veía medio cuerpo de cada quién.

¿Que está haciendo ahí?-Lozano señaló en esa dirección, posteriormente cubrió con sus manos su rostro, llorando.

Pero su tristeza alertó a Edson, quién se comenzó a poner incómodo mientras ahora hablaba con aquella chica en una de las tiendas de joyería.

No sé, Hirving... ese idiota...-el alfa arquero mexicano quería correr hasta él y ahorcarlo por hacer llorar con esa magnitud a su amigo, no, a su hermano.

No le digas así...-Guillermo volteó inmediatamente a ver a Hirving detrás de él, con pena. Aún después de eso, lo estaba defendiendo. Sintió que su coraje aumentó más.

Pero antes de que pudieran encararlo para saber que estaba haciendo, fueron interrumpidos por una persona parte del staff del hotel. Para ser mas exactos el jardinero. No se le veía muy contento.

Comenzó a regañarlos en su idioma natal para que dejaran de pisar las áreas verdes restringidas donde se hallaban escondidos. Pero estaba haciendo mucho ruido. Eso alertó tanto a Edson cómo a la chica que hablaba con él, ambos veían en esa dirección.

Cállese señor, porfavor -Ochoa susurró hacia la persona al darse cuenta de que los espiados, ahora estaban espiandolos a ellos. Hirving dejó de llorar y pasó a estar asustado porque, el señor trabajador de jardinero tenía unas "tijerotas" con las que podaba arbustos. Olvidó su nombre por el susto. Creyó que en cualquier momento los atacaría con eso.

Guillermo, vámonos, ven, vámonos -Lozano tomó la mano de Ochoa, pero para salir de ahí tenían que correr en dirección a dónde Edson y la chica pudieran verlos.

La paciencia del señor ya se había agotado. Y Edson estaba caminando hacia la puerta de la tienda para averiguar que sucedía.

A la cuenta de tres... corres-Hirving le dio órdenes a Ochoa quién negó en repetidas ocasiones.

No, Hirving, ahí viene y nos va a ver, no lo hagas.-Pero la respuesta de Ochoa llegó muy tarde. El omega había llegado hasta el "3". Jaló a Ochoa con rapidez fuera del área verde para correr.

Edson los miró. Se sorprendió al verlos correr así.

Pero para mala suerte de Hirving, al haber jalado a su distraído compañero alfa, este había perdido en equilibrio y se había caido boca abajo en el suelo, con fuerza.

¡No mames Guillermo!-Lozano regresó corriendo hasta él. Se hincó a su lado tratando de levantarlo. Pero el golpe había hecho que el aire de el alfa abandonara su cuerpo. Se sofocó.

No... puedo...-se quejó Ochoa. Pero seguía siendo movido con insistencia por Hirving.

¡Ahí viene Memo, porfavor!-ahora tanto Edson como el señor jardinero se acercaban a ellos caminando para lograr ayudar a Ochoa.

Pero antes de que eso sucediera, Hirving lo ayudó... bueno, más bien jaló del cabello a Ochoa para que se levantara y corrieran hasta entrar al lobby del hotel, dejando a Edson detrás. Incluso después de haberlo jalado de su cabellera para que se levantara, mantuvo su agarre algunos pasos para que corriera.

Una vez llegados a un área segura...

¡¿Por qué me jalaste el cabello Chucky?!-Ochoa acarició con dolor su hermosa y ondulada cabellera, una vez lograron correr hasta el otro lado del hotel, ahora en los jardines.

Cállate. Te ayudé a levantar...-pero justo cuando Ochoa volvería a protestar, guardó silencio al ver que su amigo se sentaba frente a los jardines de margaritas, abrazaba sus rodillas, y hundía en ellas su humedo rostro al llorar durante todo el trayecto recorrido.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora