𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗 "𝚏𝚎𝚕𝚒𝚌𝚒𝚍𝚊𝚍".

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Guillermo... -se escapó el nombre del alfa en un susurro que alertó al mismo. Ochoa separó sus besos del cuello del omega para mirarlo.

Se escucha tan bien en ti... -habló con la misma intensidad de voz que su amante. Su voz era grave y su respiración entre cortada. -Dilo de nuevo- demandó Ochoa con una sonrisa en sus labios algo hinchados por la intensidad del beso con Lio. Este sonrió.

Guillermo... no podemos quedarnos aquí, alguien podría vernos y se armaría un escandalo. Andá, vámonos... -sonrió Lio acariciando el cabello de Ochoa con mucho cuidado y mucha ternura.

No me importa si alguien nos ve, es más... quiero que lo hagan, y que cuando eso suceda sepan que Lionel Messi está conmigo, que ha dicho mi nombre mientras beso su delicioso cuello... dilo otra vez...- y volvió a hundir su rostro en el cuello del omega, esta vez, bajando un tanto más sus manos experimentadas en atrapar balones para esta vez atrapar en ellas los gluteos del omega.

Ah~-Messi no tuvo ni tiempo de prepararse para esa acción, y un leve gemido se escabulló desde sus cuerdas vocales hasta que terminó casi en el oído del más alto. -Guillermo... va-vamonos...- exclamó suplicante el omega, pero sus palabras eran contradecidas de sus acciones pues, se hallaba tomando firmemente de la espalda ancha del alfa que repartía besos y pequeñas mordidas en su cuello.

Ochoa volvió a subir su mirada al rostro ajeno. Sonrió ladino, mirando lascivamente a Lio antes de volver a besarlo, esta vez, un poco más acelerado que la primera vez.

El conjunto de olores de ambos se estaban mezclando, siendo el del alfa predominante para el omega, incluso parecía que este ahora olía más a café recién hecho que a caramelo como normalmente. Simplemente se dejó llevar. Sus respiraciones eran aceleradas, los movimientos en las manos de Ochoa recorriendo el cuerpo de Messi desde su espalda hasta sus glúteos eran hábiles y sabía dónde acariciar. Lio se estaba volviendo loco.

Definitivamente la tensión más notoria se hizo debajo de las finas telas de sus pantalones, pues la hombría del alfa respondía ante los jadeos que soltaba el más bajo. O se detenía ahí mismo, o ahí mismo terminaría girandolo para entrar en su cavidad.

Por fin la cordura logró alcanzar a uno de los dos, a Lio. Con todo el pesar que le demandó su omega interior, alejó a Ochoa entre jadeos. Este lo miró.

¿Sucede algo?...-le cuestionó el alfa a Messi, este negó.

Yo... debemos parar... tenés que detenerte... tenemos que detenernos... -habló pausadamente a pesar de querer abalanzarse nuevamente ante el alfa. Lio rió bajo negando con suavidad. Todo lo que se había propuesto lo había hecho al revés, se propuso no ver al alfa, salió con él, y no solo eso, ahora había probado sus labios, eso lo convertía en un prófugo de ellos, quería encerrarse en ellos como si de una cárcel se tratara.

Ochoa asintió, técnicamente el omega tenía razón, debían parar, estaban fuera. Ochoa también rió depositando un beso rápido en los labios del omega antes de alejarse de la prisión que simbolizó su cuerpo contra el ajeno y la pared.

Messi se reincorporó acomodando su traje. -Mañana tenemos un partido importante... andá a descansar.- Lo dijo como si fuera un gran peso, no quería separarse del alfa ni un minuto más.

Ochoa negó.

Quiero estar un poco más contigo. ¿Vamos a tu habitación?, simplemente hablaremos -sonrió el alfa acariciando la mejilla del más bajo, y ahora depósito un beso en su frente. Lio aceptó la propuesta.


La verdad la comida estuvo muy rica, además compartirla contigo le ha dado el toque. -Messi cerró la puerta de su habitación al momento en el que Ochoa entró.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora