𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐗 "𝚊𝚖𝚘𝚛".

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Después de el maravilloso encuentro que había dado lugar los jardines del hotel, Guillermo y Messi caminaron tomados de la mano para dirigirse a descansar a la habitación de este.

Como era de madrugada, solo habían unas cuantas personas que trabajaban en el hotel, pero no les importó que los vieran, ya no se escondieron más.

La habitación de Messi ya no se hallaba sola y vacía como al principio, volvió a llenarse del olor de su alfa cosa que lo hizo extremadamente feliz.

¿Qué es esto? -Ochoa se acercó sin descaro a la cama donde dormía su omega, sonrió ampliamente al ver que lo que se hallaba sobre la misma era su saco.- Con razón ya no lo hallaba. Olvidé que te lo había dejado - bromeo el alfa devolviendose hacia Messi.

Messi tomó el saco de las manos de su alfa y sonrió.

Me encanta el olor que tiene... me encanta el olor que tenés vos, Guillermo. -Entonces Ochoa retiró su saco de las manos ajenas. Lo arrojó fuera del alcance de estas. Messi miró como este salió volando, y antes de que pudiera volver a mirar a Ochoa, este lo tomó firmemente por su cadera acercándolo hacia su rostro para unir sus labios.

Esta vez ya no se le escaparía.

Ochoa caminó lentamente con Lio aún en su abrazo, dirigiéndose hasta el sofá donde había caido el saco.

Una vez Messi quedó recostado sobre este, y encima, el pesado cuerpo de su alfa, el cual a pesar de eso, no lo asfixiaba, comenzó a dejarse llevar, aunque...

Ochoa tiró hábilmente su saco esta vez al suelo para que no le estorbara en su labor. Nuevamente bajó sus humedos labios al cuello ajeno. Messi simplemente expuso este para permitirle ser besado por Ochoa.

Ahora Guillermo no esperaría más. Introdujo una de sus manos por debajo de la fina tela que cubría el pecho y la espalda de su omega. Deslizó sus dedos suavemente y con ternura por debajo de esta, hasta llegar a su destino.

Con sus dedos comenzó a acariciar los pezones del omega, sin dejar de besar su cuello. Messi soltó un jadeo.

Entonces Ochoa de alejó de él. Sonrió al admirar a su Omega por debajo de su cuerpo. Por el contrario el corazón de Messi se aceleró al mirar a su alfa encima de él.

Guillermo mordió su labio. Esta vez levantó lentamente la playera de su omega. La retiró sin protesta alguna.

Volvió a inclinarse sobre el torso desnudo de Messi, y comenzó a besar su pecho, suave. Se tomó el tiempo de recorrer lo más que pudo antes de terminar sobre uno de los pezones de su omega. Entonces hundió ahí su rostro comenzando a juguetear con su lengua.

Messi se removió por debajo de su alfa al sentir la boca cálida de este estimulando así su cuerpo. De pronto sus jadeos se transformaron en genuinos gemidos cosa que le indicó a Guillermo que estaba comenzando bien.

Bajó nuevamente sus besos hasta llegar a su abdomen. Hizo una pequeña pausa para mirar a Lio, este no dijo nada, solo lo miró. Entonces Ochoa continuó.

Masajeó la cintura de su omega al mismo tiempo en el que besaba su abdomen. Pero antes de que pudiera bajar los pantalones que llegaban hasta la pantorrilla del omega, Lio comenzó a quejarse.

● 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐓𝐈 ● [𝙼𝚎𝚌𝚑𝚘𝚊 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora