| Capítulo 25 |

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Liam

Esos días que pasé fuera de Cartagena recibí una llamada de la agencia de investigación. Les dije que estaba fuera de la ciudad y que regresaría en cuestión de días, que iría en cuanto estuviera de regreso.

Lo primero que hice al bajar del avión fue ir directo a la agencia. Llevaba puesto mi uniforme y mi maleta conmigo. Como estaría varios días fuera, dejé mi coche en el estacionamiento del edificio y no en el del aeropuerto, como solía hacerlo. La recepcionista me miró extraño al verme llegar así.

— ¿Tiene cita? —preguntó. Negué con la cabeza—. Veré si lo pueden recibir—se levantó. Me quedé parado ahí esperándola. Como tardó en llegar, me senté en un sofá color hueso que tenían en esa área. Tomé mi celular para ver la hora y escribirle un mensaje a Valentina, diciéndole que acaba de llegar que iría por ella cuando saliera, pero antes de siquiera abrir la aplicación para escribirlo, llegó la recepcionista—Lo pueden recibir. Pase conmigo, por favor—me encaminó hasta una oficina, lo más apartada del área en la que estábamos. Tocó antes de entrar.

—Gracias—dije. Ella asintió y salió.

Detrás del escritorio estaba Tomás, quien tenía una carpeta que se veía bastante llena de papeles. Me acerqué y estreché su mano.

—Me alegra que por fin hayas llegado. Su asunto al parecer es algo más que una simple corazonada.

— ¿Qué es lo que pasa?

Me tendió la carpeta que tenía sobre el escritorio.

—Rafael Guzmán tiene antecedentes de acoso sexual.

Si hubiera estaba bebiendo algo, hubiera escupido mi bebida en su cara. Pero siendo sincero, era algo que esperaba que estuviera en su expediente.

—Sabía que su nombre me sonaba, así que me fui por ahí. Resulta que es una fichita de persona. Su nombre y cara me sonaba, porque su caso fue cubierto para que no llegara a ser un escándalo a nivel nacional.

— ¿A quién acosó?

Tomé la carpeta y comencé a revisar cada uno de los archivos que había ahí.

—Fue un escándalo en Bogotá en la extensión de la farmacéutica en la que trabaja.

— ¿Está diciéndome que la misma farmacéutica cubrió todo esto y en lugar de hacer algo ó despedirlo solo lo movió de ciudad? — Asintió—Ese cabrón debe de tener muy buenas palancas para que la empresa haga algo así.

—Su padre es el CEO en todo el país.

—Maldita sea.

—Dígame, ¿Cuál fue el verdadero motivo por el que lo está investigando? Y no quiero que me diga que fue por una corazonada.

—Lo ha vuelto hacer. Tengo una amiga que trabaja con él y creemos que le ha hecho algo a una compañera de ella, porque durante su presencia actúa de manera muy extraña.

Hizo algunas anotaciones.

— ¿Sabe cuál es el nombre de esa compañera?

—Abigail, pero su apellido no lo sé.

— ¿Tiene alguna fotografía?

Negué con la cabeza.

Soltó una respiración sostenida.

—Bien, haremos lo que esté en nuestras manos para averiguar qué es lo que está pasando.

—Entonces, si le digo a mi amiga que lo denuncie con recursos humanos no harán nada.

Nuestras mañanas de marzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora