Capítulo 5

2.7K 324 117
                                    

¿Conseguiste algo bueno?Le preguntó Kazuki a Kyu mientras se sentaba en la barra. Kyu dejó a un lado la tacita de té que estaba limpiando para sacar un sobre de un cajón que estaba debajo de él.

De conseguir información, la conseguí. No fue nada fácilRespondió tendiéndole el sobre de papel. Kazuki la tomó entre sus manos.no es mucha, y créeme que no hay casi nada bueno en esoComentó rascándose la nuca.

El rubio abrió el sobre, y sacó los papeles con la información que había pedido con anterioridad sobre ti, y tu pasado. Al leer la primera línea, la sonrisa que siempre tenía se borró al instante, y ya tenía un dolor en el pecho que le daban ganas de vomitar.

No quiso seguir leyendo.

¿En serio... pasó por todo eso?Preguntó Kazuki con pena, poniendo una mano en su frente.

Parece que sí. Ahora entiendo por qué quería quedarse desesperadamente en tu casaMurmuró Kyu. Buscó otra taza de té que anteriormente había limpiado, y se sirvió un poco de té negro allí, tratando de calmar sus nervios.

Entonces, ¿qué dices de ella?Quiso saber Kazuki, robándole la taza de las manos luego de haber estado unos segundos tratando de asimilar la información que había leído de ti.

Es perfecta para el trabajoRespondió Kyu mientras se acomodaba sus lentes.

Genial, la traigo hoy en la tardeDijo el rubio volviendo a dejarle la taza de té después de haberle bebido unos cuantos sorbos. Se levantó del asiento, y fue directo a la salida.—Actúa como si no supieses quién es ellaLe pidió antes de abrir la puerta.

—¿Rei no sabe nada de esto?

Nop, nada de nada.

[...]

Kazuki estaba cocinando quién sabe qué cosa en el otro lado de la casa, cortando unas verduras encima de la isla que separaba la sala de la cocina. Mientras tanto, tú estabas jugando con Miri con sus lindos juguetitos en la sala.

—Hey, ____—Te llamó el rubio desde la cocina. Volteaste a ver, y meneaste tu cabeza para que prosiga—¿puedes ir a despertar a Rei para comer?—Te pidió amablemente al mismo tiempo en que intentaba apagar el fuego descontrolado que se había encendido en el horno.

—Ah, sí, ya voy—Contestaste mientras te levantabas del piso. Te palmeaste un poco los pantalones (que te prestó Kazu) para sacar el posible polvo que podrías haber juntado, y acariciaste la cabecita de Miri.—Ya vuelvo—Le dijiste, para después voltear en dirección a Kazuki.—¿En dónde está la habitación de Rei?—Preguntaste.

—Está subiendo por las escaleras, es la última puerta del pasillo a la derecha—Indicó, logrando apagar el fuego al fin.

Asentiste con la cabeza, y luego caminaste hasta las escaleras de caracol que estaban en medio de la sala. Subiste por allí, y tomaste el camino que Kazuki indicó. Te encontraste con una puerta pintada de un azul noche. Después, la golpeaste unas tres veces con tus nudillos.

—Rei, ¿estás?—Preguntaste levantando la voz, pero no hubo respuesta. Tocaste la puerta dos veces más, pero el lugar seguía en silencio.—¿estará dormido?—Murmuraste para ti misma. Pusiste tu mano en la perilla, y la giraste, sorprendiéndote al notar que estaba abierta.—Con permiso...—Susurraste luego de haber asomado tu cabeza dentro de la habitación.

Entraste algo tímida al cuarto, tenía las luces apagadas, y los colores que estaban allí eran oscuros (el azul, gris y negro, que eran los que Rei más usaba). Había una cama, y un escritorio enfrente de ésta.

Rei Suwa || Buddy DaddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora