Capítulo 18

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N/A: ahora pónganse música para pasarse los cuchillos de manteca por la garganta cuando aparezca el asterisco (*)

Kazuki corrió hasta la habitación de sus amigos luego de haber recibido otra llamada importante por parte de su informante, Kyutaro Kugi, desesperado por pasarles el mensaje que él le dijo que informe.

Al mismo tiempo, tú y Rei seguían dormidos, abrazados uno con el otro mientras soltaban unos ronquidos por lo bajo.

Unos golpes se escucharon en su puerta, causando que el primero en despertar sea el pelinegro. Obviamente, ignoró los toques que habían sonado para darse la vuelta y abrazarte por la espalda, buscando volver a dormirse a tu lado, sin embargo, los golpes en la puerta volvían a sonar una y otra vez, impidiendo que pueda dormir.

—¿Quién mierda es?—Murmuró Rei entre dientes mientras volvía a moverse, causando que tú también te despiertes y maldigas por lo bajo.

—Abre tú—Le pediste frunciendo el ceño, apartándolo lejos de tu cintura, ya que no quería soltarse de allí.

—Durmamos un poco más—Rogó Rei casi lloriqueando, apretando más su agarre a tu cuerpo.

Iban a volver a dormirse, pero luego los toques en la puerta sonaron más fuerte, insistiendo una vez más para que le abran, y mostraba intenciones de seguir ahí parado, tocando la puerta hasta que alguien se digne a dejarlo pasar.

Mientras te estirabas un poco, pateaste a Rei para que se aleje, causando que él caiga de nalgas al suelo.

—Ve a abrir, idiota—Le ordenaste algo molesta, para después voltear y volver a darle la espalda al pobre pelinegro medio dormido que se sobaba la espalda mientras maldecía.

—Ya voy—Murmuró, al mismo tiempo en que buscaba en el suelo su ropa interior y sus pantalones. Mientras lo hacía, los toques en la puerta volvieron escucharse, y ahora estaba harto de oírlo.

A Rei le importó un cuerno tener que abrir la puerta con los pantalones desabrochados, ya que de cualquier forma terminaría sacándoselos luego de ver quién carajos estaba detrás de la puerta.

Kazuki ya estaba cansándose de esperar a que alguien le abra, pero esto tenía que ser informado a sus amigos, así que sí o sí debía quedarse a esperar.

Bueno, por lo menos podía burlarse de cómo se había escuchado hasta la caída de Rei en el suelo. Tenía algo en qué pensar hasta que alguien le abra la maldita puerta.

Y por fin lo hicieron; detrás de la misma, estaba su amigo, atándose el cabello con una liga mientras observaba a Kazuki con cara de orto, molesto por ser despertado.
Por fin había bajado sus ojos color rubí hasta el cuerpo de Rei, logrando destacar su abdomen descubierto, su pantalón mal puesto, y unas marcas alrededor de su cuello.

—Rei, compañero, ¿qué haces sin camiseta?—Preguntó con intenciones de molestarlo. —¿Olvidaste que duermes junto con una...chica?—La última palabra quedó suspendida en al aire al verte levantándote del colchón, sentándote allí mientras cubrías tu cuerpo desnudo con unas cobijas blancas, indicando lo obvio.

Sus ojos se abrieron como platos, y su boca quedó medio abierta, borrando lentamente la sonrisa burlona que tenía hace unos momentos.

—Jódeme, dime que no hicieron lo que yo pienso que...

—¿Qué necesitas, Kazuki?—Interrumpió Rei, sabiendo que si seguía así, comenzaría a hacer preguntas que tú responderías solo por la presión que él te pondría.

—Perdón, es que...—dijo luego de haberse aclarado la garganta—, no puedo creer que al fin lo hayan hecho.

—Kazuki—Le llamó Rei mientras se sostenía el puente de la nariz. El rubio lo ignoró, y pasó por al lado de él para llegar hasta ti, sentándose en frente tuyo mientras se cruzaba de piernas, como si fuese de esas charlas adolescentes en las que contabas cada cosa que te sucedía.

Rei Suwa || Buddy DaddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora