Capítulo 3

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Kazuki se había ido ya hace unos diez minutos del departamento, y todo se puso extrañamente aburrido. Estabas sentada en el sofá en donde anteriormente te habías levantado, bastante tensa, con tus manos sobre tus rodillas lastimadas y los labios presionados. 

La presencia de la pequeña Miri a tu lado te ayudaba bastante a calmar los nervios que tenías, pero no hacía que se vayan del todo. Con el más mínimo sonido te asustabas, y con un pequeño toque ya se te hacía la piel de gallina, activaba esa parte tuya que odiabas y que no podías borrar de ti, aunque obvio, te controlabas delante de Miri. 

Unos toques en tu brazo hicieron que se te pongan los pelos de punta, a lo que volteaste a ver luego de haber tragado saliva; Miri estaba tratando de llamar tu atención. 

—¿Qué sucede, Miri?—Le preguntaste al ver que ella no decía nada. La castaña tragó saliva algo nerviosa, para después mirar a un lado con un lindo rubor en sus mejillas, ¿estaba avergonzada de algo? Ibas a volver a preguntarle, pero al abrir tu boca se oyó gruñir algo; el estómago de Miri.—Oh, ¿tienes hambre?—preguntaste de nuevo, y ella asintió tímidamente.

—Sí...—Murmuró la pequeña, apretando el dobladillo de su camiseta naranja.

A esta niña la habías conocido hace apenas unas horas, y ya se había ganado tu corazón. 

Te levantaste del sofá, y miraste a todos lados, más específicamente a la cocina moderna que tenían. Caminaste hasta allí algo tímida, y observaste con detenimiento cada mueble. 

—¿Será que tu papá no se molesta si tomo un poco de comida para prepararte algo?—Le preguntaste a Miri, quien te había estado siguiendo atrás tuyo con curiosidad. Ella negó rápidamente, ansiosa por decirte que le prepares algo.—Bien...—Susurraste, abriendo las puertas de los muebles en busca de algo de comer. No querías usar tantos ingredientes, así que pensaste en opciones que necesitaran pocos. —¿Te parece bien un Omelette con queso y ensalada?—cuestionaste. 

Miri ladeó su cabeza. 

—¿Qué es eso?—Te preguntó curiosa. 

—Bueno, es una tortilla de huevo rellena de queso y tomates. Si quieres puedo ponerle...—No pudiste terminar la oración, pues a la pequeña le brillaron los ojitos marrones que tenía, y puso una linda sonrisa que te dejó embobada. 

—¡Sí!—Dijo animada. Le sonreíste de lado, y te pusiste manos a la obra. 

Tomaste de una caja dos huevos, y un bowl de plástico que estaba debajo de la mesada. Rompiste los huevos con un tenedor, y vertiste el contenido dentro del pote azul, para después ir mezclándolos. Le agregaste una pequeña pizca de sal. 

Te pareció realmente tierno ver a Miri trayendo una silla del doble de su tamaño hasta la mesada de la cocina para ver cómo cocinabas su comida. 

Fuiste preparando una pequeña sartén para panqueques, y le pusiste un poco de aceite para ir esparciéndolo en el metal. Luego, pusiste la sartén encima de la hornalla después de haberla encendido a fuego medio. 

Vertiste los huevos mezclados en la sartén, y lo tomaste del mango para ir moviéndolo en círculos para esparcir todo el líquido en él. Después de unos segundos cocinándolo de un lado, tomaste un poco de queso para cortarlo en pedacitos e ir poniéndolos encima del omelette. Agarraste una espátula, doblaste la tortilla para que se cierre totalmente, y lo dejaste unos momentos para que se cocine bien. 

—Huele bien, ¿no?—le preguntaste a Miri, quién había estado mirándote cocinarle con los ojos brillando de curiosidad, y un pequeño hilo de saliva cayendo de su boca. Te encargaste de limpiárselo con un repasador que estaba en la mesada. 

Rei Suwa || Buddy DaddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora