Capítulo 36

772 108 22
                                    

[Rei Suwa] 

La primera vez que te oí llorar, fue la primera vez que dormimos juntos. 

Yo estaba tan nervioso sin razón, y no podía entender por qué mierda no se me había ocurrido proponer que tú durmieras en mi cama y yo en el baño, o en el piso. Supongo que estaba tan loco por la idea de dormir con alguien más que ni siquiera tenía ganas de pensar en algo más. Además, tampoco es que tenía ánimos de ir y dormir en la tina de nuevo, por más que lo niegue mil veces en mi cabeza, realmente quería probar el compartir la misma cama con alguien. 
Kazuki siempre me decía que se sentía bien, que era cálido y te daba la sensación de que no estabas solo. Algo así. Nunca supo explicarlo bien, y yo tampoco lo había entendido hasta que dormí contigo. 

En medio de la madrugada, justo en el momento en el que comencé a cuestionarme el por qué carajos se había sentido tan extraño escuchar a alguien deseándote buenas noches antes de dormir, te escuché. 

Sollozos. 

Decir que tenía nervios se queda corto con lo que sentía en ese momento. Nunca había visto o escuchado llorar a una chica o mujer, dejando de lado a Miri claro, y creo que si alguien ajeno a mí mirara la expresión que tenía en ese instante, se reiría, pero no era hora de reír. 

Me había levantado lentamente, apoyando mis codos sobre la cama para hacer de soporte y así poder ver mejor lo que sea que estaba pasando ahí. Iba a preguntarte, pero luego me di cuenta de que estabas profundamente dormida, haciendo muecas y soltando un par de lágrimas mientras fruncías el ceño y te revolvías en tu lugar. 

Una pesadilla, eso fue lo que pensé. 

No sabía qué hacer. Estaba tenso y algo extrañado, pero después se me vino a la cabeza un pequeño recuerdo de cuando Miri accidentalmente cayó al suelo luego de haber estado corriendo mientras jugaba a quién sabe qué mierda en la casa. Ella lloró mucho porque se raspó la rodilla. No le dolía, pero estaba asustada porque salía sangre de la herida. Ahí estaba Kazuki salvando la situación de alguna manera; él la abrazó, y le susurraba cosas bonitas que no había logrado escuchar mientras acariciaba su espalda y su cabello. Fue algo incómodo para mí tener que ver algo tan dulce como eso, literalmente podría haber muerto de diabetes en ese instante, pero de alguna forma, me alivió saber que Miri se calmó gracias a ello. 

Consolar. Eso hizo él. Calmar y consolar. ¿Cómo mierda podía hacer eso yo? 

Iba a ignorar todo. Iba a evitar el maldito problema, como siempre, pero sollozabas tanto que ya comenzaba a molestarme de alguna forma, y bueno, la culpa tampoco me dejaba dormir.
No me parece nada romántico saber que el Rei de ese momento hizo aquello solo porque le dio pena ajena, pero me gusta saber que eso también sirvió para comenzar... lo que sea que inició entre nosotros. 

Te miré unos segundos, ya sintiendo como mi cara ardía por lo bochornoso que era para mí tener que consolar a alguien que apenas conocía, y que ya estaba durmiendo conmigo en mi misma cama. Me acerqué un poco, y algo dudoso llevé mi mano a tu hombro, ya que estabas dándome la espalda en ese momento. 

—Hey...—Fue lo único que logré soltar, y mucho no sabía qué decir... o mejor dicho, decirte; estabas dormida, no me oías realmente. 

Repasé un par de veces más lo que Kazuki había hecho para calmar a Miri. Era sencillo... bueno, parecía sencillo, o lo sería si simplemente yo fuese alguien normal y supiese siquiera lo que se siente abrazar a alguien sin las intenciones de clavarle un cuchillo en la espalda. 

La primera vez que te abracé, se sintió extraño. Yo lo hacía extraño. Estaba tan tenso y nervioso, confundido, literalmente era como si no supiese lo que era abrazar, pero supongo que tú moviéndote y acomodándote a tu gusto bajo mis brazos ayudó demasiado a darle sentido a mi acción. 
Era calentito, Kazuki tenía razón en ello, y pese a que era un poco molesto tener que sentir tus lágrimas o mocos humedeciendo parte de mi camiseta, era agradable estar así, abrazados uno al otro. Y lo más satisfactorio de todo, es que habías dejado de llorar. 

Rei Suwa || Buddy DaddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora