Capítulo 6

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Todo el (corto) camino hasta la habitación de Rei fue en silencio. Los dos estaban realmente nerviosos por tener la presencia del otro tan cerca, y eso no sería nada comparado con lo que estaban a punto de hacer.

Al llegar al cuarto de Rei, él abrió la puerta y entró, dejándote el lugar abierto para que te adentres a él.

—Con permiso—Dijiste tímida, para después cerrar la puerta detrás de ti. Mierda, recién estabas notando que la habitación entera estaba cubierta por el olor de Rei. ¿Tan jodidamente atractivo tenía que ser?

El pelinegro se dirigió hasta un mueble bastante grande, y abrió sus puertas. Alcanzaste a ver que se trataba de un ropero, lleno de ropas de él. Comenzó a buscar algo entre ellas, fallando torpemente de los nervios que tenía al notar que lo estabas mirando.

—Quítate esa ropa—Te pidió de la nada, usando una voz que hacía parecer dando órdenes. Te sonrojaste al instante. Tu corazón comenzó a latir como loco, queriendo salirse por tu garganta, por lo que llevaste tus manos a tu pecho para tratar de calmar tu bobo corazón.

—¿Q-qué?—Preguntaste en un susurro. Apenas quería salirte la voz.

Rei sacó del mueble una camiseta azul noche, y unos shorts negros que te llegaban hasta por encima de las rodillas. Te las tendió con un pequeño rubor en sus mejillas sin dejar de mirar al suelo como si fuese la cosa más interesante del mundo.

—No me agrada el olor que trae Kazuki—Aclaró mientras se acercaba a ti. Al principio te sentiste algo confundida por lo que había dicho, pero luego fuiste conectando algunos cables; se estaba refiriendo a la ropa que traías.

—Oh, sí, lo siento—Dijiste rápidamente, sonrojándote aún más que antes. Tomaste la ropa de sus manos, rozando accidentalmente sus dedos.—¿puedo usar tu baño?—Le preguntaste, a lo que él asintió después de apartar nuevamente su mirada al suelo.

Caminaste con la cabeza gacha hasta el baño, tratando de no ponerte a gritar de la emoción incontrolable ahí mismo. Al entrar, por fin pudiste respirar con tranquilidad. Llevaste una mano a tu pecho, tratando de regular un poco los latidos que se podrían escuchar desde lejos.

—Mierda—Maldijiste, para después caminar hasta la mesada dentro del baño, y abrir la canilla del agua fría. Te echaste el agua en la cara, y la cerraste nuevamente luego de mirarte en el gran espejo; estaba más roja que un puto tomate. 

Suspiraste. 

—Si actúo así con solo unas cuantas interacciones, no me quiero ni imaginar lo que pasará cuando nos acostemos juntos en la misma cama—Murmuraste avergonzada. 

Miraste la ropa que Rei te había dado, y la tomaste entre tus manos. La observaste detenidamente, mirando cada detalle; estaba limpia, y bien cuidada. 

Te apuraste un poco para quitarte la ropa que era de Kazuki para dejarla encima de la mesada del baño. Tomaste entre tus manos la camiseta de Rei, y posteriormente te la pusiste; te quedaba como un camisón, llegando a cubrir casi todo tus muslos, pero no llegaba a hacerlo. Luego, te pusiste los shorts negros. 

Era un conjunto Oversize, y te quedaba bastante bien. Era cómodo, perfecto para dormir. 

Por pura curiosidad, te llevaste la remera a la nariz para oler el aroma que tenía. Mierda, ¿porqué todo tenía que oler a Rei? Inconscientemente, el aroma que estaba pegado a la camiseta te recordó nuevamente el momento que habían tenido en la habitación, cuando te arrinconó contra su escritorio. 

—Carajo—Maldijiste de nuevo, sonrojándote aún peor que antes; el rubor se había extendido hasta tus orejas y nuca. 

Respiraste profundamente para poder controlar un poco tus emociones, y cuando por fin pudiste ver calma en todo tu ser, saliste del baño con toda la valentía cargada al cien por cien. Rei estaba sentado en el borde de su cama, y al verte salir, se levantó rápidamente para quedarse viéndote. 

Rei Suwa || Buddy DaddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora