Rei al salir del bar, frunció el ceño y empezó a cuestionarse algunas formas de poder volver a casa en algún vehículo. Recordó que la noche anterior habían llegado hasta ahí en un auto prestado (auto que probablemente robó Kazuki en algún momento), y giró su cabeza hacia todas direcciones para encontrarlo.
—¿Qué le pasó a aquel auto?—Escuchó, y como el chismoso que es, volteó a ver; unas señoras ancianas que tenían bolsas de compras en mano se hablaban entre susurros mientras miraban con recelo el vehículo que claramente estaba hecho mierda, con agujeros de disparos, abolladuras y rayones. Además, estaba muy, pero muy mal estacionado (todos los créditos a Kazuki).
Bufó antes de girar sobre sus pies y comenzar el largo camino hasta su departamento de memoria. Mientras caminaba, tomó uno de los cigarrillos que le había sacado a Kyu antes de salir y se lo puso entre sus labios, para después sacar el encendedor y así poder prender el cigarro.
—Seguro se metió en un pelea...—Oyó a su lado luego de haber tomado el objeto de sus labios con sus dedos. Se giró y observó fijamente a la señora que lo miraba de arriba a abajo con desaprobación, causando que el pelinegro baje sus ojos hacia su propia existencia para analizarse; la camisa manchada de sangre, suciedad y quién sabe qué más, los pantalones algo rasgados y sucios... y eso dejando de lado su cabello despeinado.
—¿Qué mierda me ves?—Escupió Rei de mala gana después de soltar el humo por la boca, espantando a la señora.
Siguió su camino hasta la casa, atándose el cabello cuando se detuvo por la luz roja le impidió que pueda cruzar la calle por la senda peatonal. Y llegó unos quince o veinte minutos después.
—Una ducha... y las cosas de Miri—Se dijo a sí mismo luego de entrar al departamento y cerrar la puerta detrás de él.
[...]
Después de un buen rato batallando contigo misma para levantarte de la puta cama en la que estabas, lograste sentarte y apoyar la espalda en el respaldo de la misma. Soltaste un siseo de dolor al tocarte la herida que más te dolía.
—Recuerda, recuerda—Te repetías internamente mientras apretabas la mandíbula para no ponerte a llorar o a soltar sonidos de dolor que podrían alarmar a cualquier ajeno peligroso. Realmente no lograbas recordar por qué carajos estabas en un cuarto como ese recibiendo este tipo de atención.—Hisoka me ayudó... ¿dónde está él ahora..? mierda—Murmurabas.
Una de tus manos fue hasta tu frente, ya que un dolor de cabeza apareció a joderte todavía más la existencia. Tiraste tu cabello seco y asqueroso para atrás y cerraste los ojos, como si hacer eso pudiese ayudar a tu estúpida mente a recordar todo lo que había pasado la noche anterior.
Unas lágrimas corrieron por tus mejillas al obtener una vaga imagen del pelinegro cerca tuyo, tan cerca y a la vez tan lejos de ti. Estabas tan débil que apenas habías podido sacar y grabar una imagen mental borrosa de él, pero... ¿qué había pasado después?
En un parpadeo, estabas en el suelo, totalmente derrotada y en los brazos de Rei antes de que la oscuridad tomara el control de tu vista y que tu mente se ponga totalmente en blanco.Te mordiste el labio por la impotencia que sentías. Tanto trabajo y sacrificio habían hecho todos solo para que termines derrumbándote por la primer estupidez que se cruzó por enfrente, y ahora no sabías una mierda de nada. Ni de Kazuki. Ni de Rei. Ni de tu padre, Arai o Hisoka.
«Inútil...»
—No, no pasa nada... todo está bien—Dijiste luego de haberte golpeado las mejillas para volver a la realidad. Tu mente estaba consumiéndote, hundiéndote en pensamientos pesimistas y tontos que no deberían estar ahí.
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Rei Suwa || Buddy Daddies
RomanceConocer a Rei Suwa es la cosa más complicada de hacer, pero, ¿quién va a impedir que tú lo hagas? Inicio: 13/01/23 Los personajes no me pertenecen. Se tocan temas delicados, incluyendo suicido, autolesiones, contenido sexual y temas explícitos que...