Rei Suwa || Buddy Daddies

Capítulo 11

Abriste los ojos lentamente, deslumbrándote por la luz solar que entraba por la ventana. 

Te diste la vuelta con dirección hacia el lado derecho de la cama, buscando con tus manos el cuerpo de Rei para acomodarte contra él. 

Te sentiste un tanto avergonzada al no encontrarlo a tu lado. 

—¿Estás despierta?—Preguntó Rei desde su lugar. 

Entrecerraste tus ojos para poder verlo a través de la luz, ya que él estaba sentado al lado de la ventana abierta iluminada por los rayos del sol, fumando un cigarrillo mientras miraba el lindo paisaje que tenía desde allí. 

Te sobaste los ojos, para después sentarte en el borde derecho de la cama para estar más cerca de Rei, estirándote, mientras que él se volteaba para verte despertar.

No lo diría en voz alta, pero te veías linda debajo del sol. La luz hacía que tu cabello brille. 

—Rei, ¿qué hacías durmiendo en el baño?—Le preguntaste con una pequeña sonrisa divertida. Él apartó la vista nuevamente a la ventana. 

—¿Tú me trajiste aquí mientras dormía?—Preguntó después de haberle dado una calada al cigarro, soltando el humo hacia afuera para no molestarte con él.

—Sí, porque estabas durmiendo en la ducha—Respondiste rápidamente.—¿qué hacías ahí?—Murmuraste algo impaciente, ya que no estaba contestándote.

—¿No era que dormirías en el sofá?—Dijo con una voz gélida, parecía distante.  

—¿Estás enojado porque no quise venir a dormir aquí anoche?—Preguntaste sorprendida al darte cuenta de lo que estaba haciendo. Tu pregunta se respondió sola, ya que Rei había apartado la mirada de nuevo, dándote a entender que estabas en lo correcto.—Quien calla otorga—Murmuraste con una sonrisa burlona. 

—Kazuki te pegó esa frase tonta—Escupió Rei luego de haberte mirado de reojo. Soltaste una risita por lo bajo.

Estabas algo tensa, ya que nunca habías visto a Rei molesto contigo. Te daba nervios. 

Bajaste la cabeza para mirar tus manos inquietas, jugando con tus dedos al mismo tiempo en que tu sonrisa se volvía una mueca. Apretabas tus labios, y los relamías, sintiendo tu boca seca. 

—¿Estás bien?—Preguntó, sintiéndose culpable por ponerte nerviosa. Levantaste la cabeza, y lo miraste, tomando uno de los mechones de cabello que estaban en tu cara para acomodarlo detrás de tu oreja. 

—Ah, sí—Respondiste, bajando la mirada nuevamente. 

—Quiero decir... ¿estás bien por la misión?—Reformuló la pregunta.—digo, ¿no te hiciste daño, ni nada?

—O-oh, no, no me pasó nada a mí—Dijiste después de soltar una risa nasal. Rei era adorable cuando se preocupaba por ti, mucho más cuando intentaba disimularlo.—Creo que los que protegían al objetivo allí la pasaron peor—Añadiste.—¿Porqué preguntas? 

Rei te miró unos momentos, pensando en decir: 
—Te vi correr con algo de sangre en tu ropa, creí que fue porque te lastimaste—Respondió. 

Te tomó unos segundos procesar lo que dijo, y cuando por fin entendiste porqué pensó eso, te ruborizaste. Gracias a dios, Rei no te había visto, ya que estaba bastante distraído viendo por la ventana. 

—N-no, salí ilesa de allí—Dijiste con la voz temblorosa, soltando una risa nerviosa al final. 

«Mierda, me vió con la maldita sangre»

Rei suspiró, para después mirarte unos segundos pensando.

—¿Qué pasa?—Le preguntaste al notar que no te sacaba la mirada de encima.