Rei Suwa || Buddy Daddies

Capítulo 21

—Lo siento, Rei—Le dijiste tú al pobre pelinegro que estaba de cuclillas en el suelo, a muy poco de sentir ese horrible dolor en el pecho llamado como "corazón roto".—Tengo a alguien más—Retumbó por todos lados. 

—¿¡Quién!?—Exclamó Rei, levantándose del piso con los puños cerrados y el entrecejo fruncido. Mostraba furia, pero por dentro estaba roto, tan triste que sentía que podría morirse ahí mismo del dolor. 

—Él—Respondiste, acercándote a un hombre sin rostro para abrazarlo con cariño, tal como a Rei le gustaba que le hicieras a él. De nuevo, su corazón se rompió. 

Sus ojos se abrieron de par en par, al mismo tiempo en que soltaba un jadeo al despertar de repente. 

Pasó sus puños por sus ojos, tratando de limpiárselos y así poder aclarar un poco la vista borrosa que siempre tiene al despertar de una buena siesta, para después levantarse con ayuda de sus brazos, apoyándose en ellos; miró a sus lados, y se desanimó un poco al notar que tú no estabas a su lado. 

Tal vez por eso tuvo esa pesadilla. 

—Dios, ¿desde cuándo sueño con ____ y otro hombre..?—Se preguntó a sí mismo, burlándose por lo estúpido que se veía. Suspiró y llevó una de sus manos a su frente mientras llevaba su rodilla contra su pecho.—Qué idiotez.

[...]

—...entonces yo le dije: "te puedes ir bien a la mierda", y él tipo nada más me miró mal, marchándose después de balbucear estupideces—Le contaste a tu amigo, quien no dejaba de ver la hoja de papel que había estado usando para anotar algo que no te permitía chusmear, por eso estabas contándole una anécdota que tuviste en una de las muchísimas fiestas que tu padre había hecho hace tiempo.—¿Escuchaste lo que te dije?—Preguntaste algo impaciente, ya que habían pasado unos minutos desde que comenzaste a sospechar que no estaba escuchando ni mierda. 

—No... me jodas—Murmuró Kazuki, tomando entre sus manos la hoja de papel sin quitar la vista de la misma, mirándola con sorpresa y el ceño fruncido. 

—¿Qué pasó? 

—Nos estamos quedando pobres—Respondió boquiabierto. Arrugaste el entrecejo y le arrebataste el papel de las manos, leyendo rápidamente lo que estaba escrito allí; números y números... eran los gastos del mes. 

—No me llamaron para desayunar—Se escuchó a tus espaldas, pero lo ignoraste, ya que los cálculos que habían en esa hoja eran para asombrarse. Sí, estabas a muy poco de burlarte y llamar a Kazuki "exagerado" para poder ayudarlo después, pero, dios... ¿en serio habían gastado tanto en un solo puto mes? y el mes ni siquiera estaba por terminar. 

—Kazuki...—Le llamaste, bajando el papel lentamente para mirar al rubio con los ojos bien abiertos. Rei, al sentarse a tu lado en la mesa, te miró con una ceja levantada, algo desinteresado en el tema, para después tomar un vaso y servirse algo de jugo, bebiéndoselo luego de haberse servido.—No, seguramente tú eres malísimo en matemáticas—Trataste de convencerte.—¡Dame eso! 

—¡Claro que no soy bueno en matemáticas!—Exclamó Kazuki al ver que le quitaste un lapicero y una hoja.—¡Pero no hay que ser un genio para saber que estamos quebrados!

—¿Estamos quebrados?—Preguntó Rei, mostrando un mínimo de interés.—¿Y porqué no tenemos dinero?—Volvió a preguntar. 

—No trabajamos hace días, Rei—Respondiste tú al mirarlo.—Hay que comenzar a ahorrar, porque con estos números no llegamos a fin de mes—Sugeriste, alzando el papel a la altura de los ojos del pelinegro para que vea el cálculo que habías hecho momentos atrás (cálculo que Kazuki había hecho bien hace rato).