El cielo estaba nublado, y amenazaba lluvia en cualquier momento. Dejaba a oscuras cada lugar del mundo que no estaba iluminado con luz, y eso incluía la habitación del viejo jefe, quién estaba a muy poco de romper sus propios dientes de tanto presionarlos.
—¿¡Cómo que no la trajeron!?—Exclamó enfadado, lanzando su vaso de vidrio más usado contra la pared, causando que pequeños pedazos del mismo caigan sobre su cama y sobre la alfombra tan costosa.—¡Arai! ¿¡Porqué esa rata no está a mis pies en este momento!?—Le preguntó—¡¿Qué, acaso todos los castigos de hace años no te bastaron para entender, o tengo que enviarte de nuevo al exterior para que te olvides de ello?!—Cuestionó furioso.
—Señor, cálmese—Pidió Arai, manteniendo la calma tan fácilmente que hasta daba miedo, pero al viejo lo único que le causaba, era rabia.
—Esa cicatriz que tienes en la cara, Arai, se supone que es una señal de que superaste esos sentimientos por mi hija—Le recordó con algo de asco, haciendo una mueca—Ella es mía, no tuya. Yo la tuve, ¡y tú no hiciste nada más que interferir con todos esos años de entrenamiento que me costó muchísimo dinero y tiempo de vida!
Las grandes diferencias de altura entre los dos hombres no fueron impedimentos para que el viejo lo tome del saco, acercándolo más a su rostro para mirarlo con el ceño fruncido y esos ojos flameantes que daban a entender toda la rabia y furia que le causaba no ser obedecido.
—Quizá fuiste tú el que la dejó ir en primer lugar, porque esa fiesta de navidad no era obligatoria...—Murmuró entre dientes, dudando en si tomar la pistola de la mesa o si dejarla ahí y soltar al pelinegro.
—Señor, usted sabe que eso es imposible—Contradijo Arai, soltándose lentamente del agarre del viejo.—Como usted dijo, yo estaba en el exterior en el mismo momento en el que ella se "escapó"—hizo las comillas en el aire con sus dedos—, así que de mí no tiene porqué sospechar.
—Entonces, explícame, Arai—Pidió el jefe entre dientes, disimulando de una manera pésima el enojo que tenía—¿porqué el día de ayer no la capturaron como pedí?
El pelinegro se acomodó el saco de su traje, y se arregló un poco el cabello con sus manos, tratando de pensar en una respuesta.
Tenían un plan para capturar a ____, la hija menor del jefe, y la única viva actualmente, quien supuestamente había "desaparecido" durante la fiesta de navidad; secuestrarla en el instante en que baje la guardia.
Nadie pudo localizarla, en ningún maldito lugar de puto país. No la encontraba, y tuvieron que recurrir a su último recurso; Arai, el mayordomo que tenía una conexión con la chica, y que habían mandado al exterior para borrar ese vínculo.
Le ordenaron volver al país, ya que había terminado con su "castigo" y ahora podía regresar a su antiguo trabajo; ser la mano derecha del gran jefe.
Creyó que podría asesinarte cuando sea necesario, que podría hacer de todo por lealtad a su máximo superior, pero en el mismo instante en el que te vio en aquel parque con ese chico y la niña, no pudo hacer nada más que sentarse y observar atentamente cómo habías crecido tanto desde la última vez que te vio.
Tenías una familia, y tener que quitarte eso no era una opción para él.
Por eso volvió con las manos vacías.
—Ayer, tu hija ____, notó que la seguíamos—Anunció luego de haber suspirado—, y como ya sabe usted, ella está bien entrenada, sabe bien usar los trucos que le enseñaste de niña. Ella hizo que nos perdiéramos antes de que pudiéramos encontrarla—Mintió rápidamente, se le daba bien.
ESTÁS LEYENDO
Rei Suwa || Buddy Daddies
RomanceConocer a Rei Suwa es la cosa más complicada de hacer, pero, ¿quién va a impedir que tú lo hagas? Inicio: 13/01/23 Los personajes no me pertenecen. Se tocan temas delicados, incluyendo suicido, autolesiones, contenido sexual y temas explícitos que...