Capítulo 28

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Estaba entre tus brazos, acurrando su rostro en el hueco de tu cuello mientras sentía cómo su pecho se oprimía. Estaba triste, demasiado y sin razón que pudiera justificarlo.

Aspiró tu aroma y se separó de ti sin soltarte de la cintura, mirándote fijamente a los ojos algo embobado por lo bonita que te veías de esa forma, con ese rubor en tus mejillas y esa cálida sonrisa que hacía que tus ojos se achinen levemente.

No quería dejar de mirarte, ya que quería apreciar todavía más ese pequeño brillo que siempre tenías al verlo con cariño, y que solo aparecía cuando lo observabas a él y solo a él. Lo hacía sentirse especial saber que alguien lo quería de esa manera tan fuerte, y ni hablar de ese calor en su pecho que siempre aparecía mágicamente cuando sabía que el motivo de tu sonrisa era porque él la había causado.

Te amaba como la puta mierda, tanto que estaba dispuesto a arriesgar todo de él por ti. Y lo te lo confesó, expresando lo mucho que le dolería si te ibas.

Te abrazó con más fuerza, desapareciendo lentamente de sus brazos como si te hubieses hecho cenizas, volando por el aire y dejándolo solo, abandonado.

Quería llorar, pero el vacío que sentía en su estómago y corazón se lo impedían. Él no fue entrenado para llorar, fue entrenado para ser un arma humana insensible. Y cometió el primer error que su padre le había advertido; se enamoró.

Una parte de él le pedía a gritos que vaya a buscarte, mientras que la otra solo quería esconderse y llorar.

—¡Rei!Tu voz retumbó por toda la oscuridad, y él, desesperado, buscó con su mirada tu persona, con la tonta esperanza de que estarías allí, diciendo que todo fue una mentira pesada y que seguías ahí. Pero no.

¿Dónde..?Murmuró al dar vueltas y vueltas, sintiéndose mareado y abrumado por la oscuridad y el pesado ambiente deprimente que le dejaba un nudo en su garganta.

Escuchó que sollozabas, aumentando su desesperación.

Encuéntrame...

¡Rei!Exclamó Kazuki al sacudirlo por los hombros, haciendo que el pelinegro abra sus ojos asustado, levantándose del sofá mientras jadeaba. Te buscó con la mirada, pero nada.

¿Dónde está..?Preguntó Rei, llevándose una mano a la garganta al sentir lo rasposa y seca que estaba. Estaba lastimado, con ardor y dolor en todas partes de su cuerpo ya que había sido golpeado hasta el cansancio, y aún así, sentía que debía ignorar aquello para ir a tu búsqueda.

Se giró para ver a Kazuki, quién había bajado la mirada a sus manos mientras apretaba los labios, temblando un poco al mismo tiempo en que trataba de pensar en una respuesta. Se quedó en silencio, y lo miró a Rei.

No séDecían sus ojos.

Rei apretó sus puños, y lo tomó del cuello de su camiseta con fuerza, acercándolo para mirarlo fijamente a los ojos con furia.

¿¡Por qué no me ayudaste!?Cuestionó entre dientes. A Kazuki se le cristalizaron los ojos.

«Porque se lo prometí» Respondió en su mente amargamente. Quería ir y ayudarte pero... no podía. Romper la última promesa contigo sería igual a romper total vínculo contigo. Era cobarde pensar que si mandaba a la mierda aquellas palabras para ir a salvarte no llegaría a lograr nada, y todo sería arruinado en vano, pero de verdad le dolía romper lo último que los unía.

Rei Suwa || Buddy DaddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora