Capítulo 17

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N/A: léanlo con música hot 😳

La noche había caído en la ciudad, y Kazuki estaba realmente agotado de todo; de llorar, de pelear, de festejar, y como dijo él, "de ser el mejor padre para Miri".

Les había contado todos los detalles de lo sucedido en el bar que frecuentaba la madre de su (actual) hija adoptiva, y era entendible que esté así de agotado, ya que pelear con una mujer no es para nada fácil, mucho menos si peleas con esas que ya están más que acostumbradas a la discusión con los masculinos, como lo es la madre que dejó a Miri atrás.

En fin, Kazuki se despidió de ti y de Rei con la niña en brazos, llorándole y manchándole su camiseta favorita mientras le repetía una y otra vez cuánto la quería, y lo mucho que se esforzaría en cuidarla hasta que sea una palomita libre (fue muy raro cuando dijo eso). Como sea, Miri dejó de escucharlo en la décima vez, y se quedó dormida en sus brazos, tratando de ignorar las manchas de mocos de Kazuki.

En todo ese proceso, tú los mirabas a tu amigo y a su hija como si fuesen la cosa más tierna sobre el planeta, casi pasando por alto la asquerosa cara de Kazuki, y las muecas de asco que la niña ponía cada que él se le acercaba para plantarle un beso en la frente. 

Mientras, Rei hacía las mismas caras que Miri,  parecía que estaba siendo torturado con cada estupidez que Kazuki hacía, pero aún así, en el fondo (mucho, muy en el fondo) se sentía feliz de que su amigo ya esté alegre de nuevo. No soportaba verlo triste, ya que un Kazuki deprimido significaba comida mal hecha y salada, incomible. Hacía que prefiera mil veces salir a comer en el peor restaurante de la ciudad que darle una lamida a sus comidas.

Sin dudas, el amigo del año.

Volviendo al tema;
No estabas tan cansada, al contrario, estabas con las energías al máximo, casi podías compararte con la hiperactividad de Miri, o los extraños comportamientos energéticos de Kazuki, aunque bueno, no les llegabas ni a los talones.

¿La razón de porqué estabas tan rebosante de energía? pues... bueno, cierto momento que hiciste sin pensar esa misma tarde, con cierto pelinegro, en cierto lugar, no dejaba de rondar en tu cabeza, y ya estabas asegurando que esa misma noche no dormirías bien solo por quedarte pensando una y otra vez lo sucedido.

—¿Vamos a dormir?—Te preguntó Rei luego de haber pasado los últimos momentos practicando en su cabeza cómo te preguntaría eso sin quedar mal, algo raro en él, ya que nunca le importó demasiado lo que la gente pensaba sobre él, o mucho menos lo que dirían, sin embargo, cuando se trataba de ti era otra cosa. Eras punto y aparte, una página diferente... o tal vez un libro totalmente distinto.

Sí, estabas recibiendo un trato totalmente especial por parte de Rei, y no, ninguno entendía del todo el porqué, aunque ya tenían una idea.

—S-sí—Respondiste después de haber bajado la cabeza al sentir que estabas sonrojándote. Te levantaste de la silla, y caminaste detrás de él con la cabeza gacha.

Llegaron a la misma habitación de siempre. No sé como no lograron ahogarse con la horrible tensión que había entre ambos, supongo que no se puede porque es imposible, pero de igual forma, esa atmósfera era para ahogarse.

—¿Podrías voltearte?—Te pidió Rei luego de que hayas entrado al cuarto, yendo directamente a sentarte en el borde de la cama.

Miraste al pelinegro, algo ansiosa por saber qué mierda estaba diciendo, ya que esa misma pregunta podría usarse en muchísimos contextos, y no, ninguno de los que tú pensabas eran normales. Puro sexo.

Rei estaba en su armario, abriendo las puertas de allí para ir buscando entre sus ropas algo que ponerse para al fin poder librarse de ese traje que no logró quitarse esa misma tarde. ¿De quién era la culpa? de Kazuki, obviamente.  Festejar era más importante para él que la comodidad de su mejor amigo, grandioso.

Rei Suwa || Buddy DaddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora