%14

8K 827 38
                                    


>>>>>>>

La mañana siguiente era domingo, no dormí hasta muy tarde.

Estaba sentada en mi cama, con un lienzo en blanco frente a mí, pintura a mi lado y mis ojos en la superficie blanca.

No me sentía bien.

Anoche había sido una de las fiestas más hermosas, pero las palabras de mi hermano, resonaron en mi mente hasta que me acosté y cuándo me desperté.

Sus palabras me importaban de sobre manera, ¿por qué tuve que aceptar la invitación de Lucius?

Sin darme cuenta había comenzado a pintar, el pincel se movía con rapidez y fuerza, la pintura gris era lo único que lograba verse.

No debí aceptar esa invitación, no tuve que haber roto una de mis reglas, no tuve que haber bailado con él, no tuve que haber grabado su sonrisa en mi mente, no tuve que mirarlo hasta que mis ojos se cansaran de hacerlo.


La voz de mi hermano se repetía, no solo lo que había dicho en la noche, sino lo que siempre decía y no solo él. Siempre había sido criticada por mi trabajo.

¿Por qué seguía esperando una pizca de amor en mi hermano?, ¿por qué aún buscaba su aprobación?

—Una Greengass no puede trabajar para un Malfoy, ¿sabes la vergüenza que sufro cuándo alguien viene a decírmelo?

—¿Vas a llorar? Nunca pudiste ocultar tus emociones, tal vez padre debió haberte enseñado eso.

—Imagino que la familia Malfoy paga bien por ser su. . . Sirvienta, ¿no?, básicamente, hace todo lo que hace un elfo.

—No quiero ver a mi hermana convertida en una zorra, ¿entiendes? —susurró en mi oreja con odio— no quiero volver a verte así.

—¿Sasskia? —salí de mis pensamientos cuándo oí mi nombre mientras golpeaban la puerta, era la voz de Lucius.

Miré el lienzo, había dibujado unos garrotes, una pintura algo extraña. Las lágrimas, que no sabía, mis ojos habían comenzado a dejar caer, se habían mezclado con la pintura en algunas partes del lienzo.

—¿Taskia? —ahora era la voz de Draco.

Limpié mis lágrimas con la tela de mi sudadera, corrí lejos de la cama y me miré al espejo, acomodé mis cabellos, algo presentable estaba.

Miré a la cama de Meraki, la cual es graciosa si se los digo, Meraki dormía encima de mí, con una cama que tenía la forma de una manzana roja, suspendida por varias cuerdas que estaban atadas a los garrotes superiores de mi cama.

Meraki no estaba allí, y eso no lo había notado, él suele despertar conmigo.

Frunciendo el ceño, tomé el picaporte de la puerta abriéndola.

—¡Taskia! —gritó, abrazando mis piernas.

—Buenos días —miré a Lucius una milésima de segundo, no quería que viera mis ojos hinchados— ¿qué sucede, amor?

—Se ha levantado preguntando por Meraki —habló Lucius, buscando mi mirada, acaricié los cabellos de Draco y sonreí— lamento despertarte, pero no encontramos al animal.

—¿Está contigo? —preguntó Draco.

—No —suspiré y me agaché a la altura del niño— ¿sabes lo que son los sueños, no?

—Sí, son películas en la mente —respondió, con mucha atención.

No pude contener una risa— sí, películas en la mente, ahora ¿te acuerdas qué tú tenías muchas películas malas en tu mente?

𝐌𝐀𝐊𝐓𝐔𝐁༄___𝐿𝑈𝐶𝐼𝑈𝑆 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora