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No podía fingir que lo dicho por Lucius antes de caer en un sueño profundo no había tocado algo en mí.
Simplemente, aún me costaba creerlo.

Dormí en el sofá de la sala, al despertar, ambos seguían dormidos.

Aunque los acontecimientos de anoche me había alertado, mi mente estaba predispuesta al evento de hoy: la muestra de Arte.

Regulus pasaría por mí en una hora.

Así que, en silencio, entré a mi cuarto.

Lucius aún dormía plácidamente.
Era como un ángel, tan pacífico y hermoso de observar. Sus cabellos blancos caían por su espalda, puesto que dormía boca abajo.

Fue imposible para mí no ver el comienzo de un tatuaje en su espalda baja, que se asomaba por su camisa levemente subida.

Desvié la mirada y entré a mi baño, allí tomé una ducha, me preparé, pintando mis labios de un rojo pálido, casi que llegaba a ser rosa. Peiné mis cabellos y así busqué algo para ponerme.

Elegí un vestido verde profundo que se ajustaba a mi cuerpo, no era elegante, más bien. . . Normal, supongo, nunca fui fan de la moda.

Busqué mi bolso, zapatos y antes de salir de la habitación, miré por última vez a Lucius.

—¿Qué me está haciendo, Señor Malfoy? —cuestioné, más para mí que para él.

Cerré la puerta detrás de mí.

Preparé el desayuno para ambos, también le di su comida a Meraki, que me acompañaba desde que había despertado.

—¿Quieres venir con mami hoy?

El animalito maulló en respuesta.

—Claro que vendrás, siempre me has acompañado.

Dejé mi bolso en la mesa, lo abrí y Meraki se metió allí.

Me coloqué los zapatos y algo nerviosa, comí una fresa que era para Draco.

Tenía muchas.

Estaba muy nerviosa, en verdad, quería que mis cuadros se vendieran.

—Señorita Sasskia.

Con una mano en el pecho miré a Dobby— Por Merlín, Dobby, me vas a matar. Buenos días.

—Buenos días, el señor Black ha llegado.

Asentí y le tendí una fresa.

—Desayuna, nos vemos.

Al llegar a la entrada, sujeté mi varita y conjuré un hechizo que hizo que los cuadros detrás de mí comenzaran a flotar y moverse siguiéndome.

Probablemente, Lucius y Draco se despertarían en unos minutos y tendrían el desayuno listo.

Antes de irme pasé por la habitación del pequeño, besé su frente y lo arropé con más cuidado.

Más tranquila, pude salir de la mansión.

Más tranquila, pude salir de la mansión

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𝐌𝐀𝐊𝐓𝐔𝐁༄___𝐿𝑈𝐶𝐼𝑈𝑆 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora