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No podía llorar frente a Draco, por lo que ambos terminamos en un parque a unas calles de la mansión.

-No puedes quitarte tu abrigo -me negué.

Draco estaba envuelto en un abrigo grande, había nieve afuera y en enero esto podías esperar en Londres.

-¡No puedo moverme! -dijo, agitando sus brazos.

Me sentía muy triste.

Era esa sensación en el pecho que sientes cuando tomas consciencia de lo solitario que eres.

Le sonreí a Draco y tiré de su manita para llevarnos a dónde no había árboles, solo nieve.

-Haremos angelitos.

Me miró ladeando su cabeza debajo de su sombrerillo verde.

-¿Angelitos?

Negué lentamente y me tiré a la nieve.

-¡Taskia!

-Tírate, Draco.

Negó, mirándome desde arriba.

-Tírate, te prometo que está muy divertido.

Le sonreí y luego de unos segundos, finalmente se tiró.

-Ahora, mueve tus brazos y piernas, así -hice los movimientos de arriba hacia abajo y abriendo y cerrando mis piernas.

Draco me copió unos segundos después.

Pronto comenzó a reír, jugando con la nieve en sus guantes.

En ese momento pude borrar la sonrisa de mi rostro y mirar al cielo.

Cielo celeste, cómo el celeste de sus ojos, pero tan inmenso cómo su manera de alejarme.

Inmenso como el sentimiento de soledad que me recorría hasta hacerme temblar la barbilla y dejar caer lágrimas retenidas.

-¿Taskia?, ¿podemos ver a los angelitos ya?

Volví a la realidad, limpiando rápidamente las lágrimas y volviendo a sonreír.
-Sí, mi amor, vamos.

Soy Sasskia, me dije a mí misma. Soy buena. Soy feliz.

Cubrí el sentimiento de soledad y me reincorporé, para luego tomarlo a Draco del suelo.

-Mira las formas que hicimos -señalé en la nieve.

Él las miró con la boca abierta y luego comenzó a saltar contento.

-¡Son angelitos! ¡Somos angelitos!

-Tú eres un angelito, amor -dije, besando su frente cuando me agaché a su altura.

Me miró con sus ojos azules resplandecientes de brillo.

-Tú también, Taskia.

Lo observé con ternura.

-¿Vamos a casa? -propuse, tomando su manita.

Él asintió y caminó a mi lado en silencio.

El camino no era muy largo, por lo que decidí ir a pie hasta la mansión.

Draco rompió el silencio luego de unos minutos.

-¿Taskia?

-¿Sí?

-¿Papá y tú están tristes?

Detuve mi caminar y lo miré confundida.
-¿Por qué piensas eso, amor?

𝐌𝐀𝐊𝐓𝐔𝐁༄___𝐿𝑈𝐶𝐼𝑈𝑆 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora