%21

6.1K 687 63
                                    

>>>>>>>>>>>>>>>>>

Ya era sábado y yo sostenía otro pergamino en mis manos.

Espero verla hoy, señorita Grengass.

¿Podemos vernos a las diez de la mañana?

La espero en el café Encuentros mágicos.

Regulus Black.

Dejé el pergamino y observé el reloj de mi cuarto, nueve y un minuto, tenía tiempo para prepararme.

Me di un baño y busqué una falda blanca que no fuera ceñida al cuerpo, la combiné con una blusa de manga larga con escote de encaje verde oscuro, esta si era ceñida al cuerpo, era verde esmeralda. Me encantaba cómo combinaba con mi piel.

Dejé en mis orejas unos pendientes de plata en forma de pequeñas gotas de agua.

Busqué un collar simple, de plata, fino, con un colgante en forma de flor.

Mis cabellos se sacaron al natural, por ende, estaban en su forma natural, rizos que caían por mis hombros hasta llegar a mi cintura.

No utilicé maquillaje.

Cuándo terminé, eran las nueve y media, ya debía salir de la mansión.

Caminé por el pasillo comenzando a oír las voces de Lucius y Draco a medida que recorría el lugar. Ellos estaban en la cocina, desayunando.

Draco me sonrió y Lucius estaba de espaldas agachadas. Intentando que el rubio comiera su desayuno.

—¡Taskia! —gritó logrando que Lucius voltee a verme.

Noté como su ceño dejó de fruncirse haciendo que sus labios se curvaran en una sonrisa casi invisible, me observó desde mi rostro, hasta mis pies.

—Buenos días. . .

—Buenos días, señor Malfoy —respondí, acercándome a ellos... Draco extendió sus manitas para que lo cargase, lo hice gustosa— hola, amor, ¿cómo estás?, ¿dormiste bien?

Asintió y pasó una de sus manitas por mis cabellos— hermosa Taskia.

Sonreí y dejé un sonoro beso en su mejilla. Lucius a mi lado, me miró confundido.

—¿Qué sucede?, ¿no quieres desayunar? —pregunté, viendo que sus frutas cortadas, por Lucius, estaban intactas.

—Se rehúsa a comerlo —suspiró, algo cansado.

Senté a Draco en la silla y puse el tenedor en su mano.

—¿Por qué no quieres desayunar?

—No tengo hambre.

—Bien, no desayunes —respondí y me reincorporé caminando hacia el refrigerador— yo voy a desayunar. Porque si no lo hago, no tengo energías para el resto del día —tomé un plátano y comencé a pelarlo— entonces, no voy a poder jugar, pintar, dibujar. . . Jugar con Meraki. . .

De reojó, pude ver que Draco me oía atentamente.

—Sí, si no se desayunó, no voy a poder hacer nada de eso.

Di un mordisco a la fruta, ocultando mi sonrisa al verlo devorar el desayuno con rapidez.

—Despacio, Draco —lo detuvo Lucius.

Apoyé mis codos en el mesón de la cocina, de allí los observé. Lucius iba con sus cabellos blancos sueltos, cayendo por su espalda, la camisa que tenía era algo ajustada. Podía ver por debajo de ella la forma de los músculos de su gran espalda y brazos. Mi mirada descontrolada fue a sus manos, estaban ya sanadas, grandes, pálidas, con dedos largos. . .

𝐌𝐀𝐊𝐓𝐔𝐁༄___𝐿𝑈𝐶𝐼𝑈𝑆 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora