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Sábado.

Hoy era la fiesta, la dichosa fiesta a la que Lucius me había invitado.

Era la mañana, me había despertado muy temprano y ahora desayunaba sola en la cocina.

Sola, con Meraki y mis pensamientos, los cuales comenzaban a molestarme.

La mano de Lucius sobre la mía. La descarga de energía me había dado, ¿por qué se sentía tan bien tocarlo?

—Miau. . . —maulló Meraki, rebuscando mi mirada, lo miré a sus ojos amarillos— ¿miau?

Sonreí, Meraki a veces parecía entenderme, y sé que lo hace, era un gato muy especial y con el tiempo se entenderá el porqué.

—Sí, estoy triste —respondí, acariciando su cabeza.

Restregó su cuerpo en mis brazos que estaban apoyados sobre la mesa. El café ya se había enfriado, no tenía ánimos para beberlo.

—¿Miau?

—No, Draco está durmiendo.

—¿Hablas con él? —preguntó la voz ronca de Lucius, asustándome.

Tengo que ponerle un cascabel.

Suspiré y miré hacia arriba para verlo, estaba frente a mí, del otro lado de la encimera.

Su rostro se notaba cansado, sus ojeras comenzaban a verse.

—Buenos días, Señor Malfoy.

—Miau —saludó Meraki, Lucius lo observó con algo que pareció una sonrisa.

—¿Descansaste bien?

—¿Usted lo hizo? —cuestioné, mirándolo con una sonrisa— tiene ojeras, señor Malfoy.

Se dio la vuelta para tomar la cafetera y servirse.

—Dormí poco, pero dormí bien, al menos en ese lapso.

Mis pensamientos tristes se fueron disipando, a medida que hablaba con él y me interesaba.

—¿Tiene pesadillas? —me miró, con sus ojos fríos, pero pacíficos— lamento si sobrepasé alguna raya, quizás no debí preguntar —avisé al instante.

Lo observé y sus ojos cambiaron, tuvieron un destello de alegría.

—Meraki puede ayudar si usted tiene pesadillas.

—Lo que menos sufro, son pesadillas, Sasskia —declaró, dando un sorbo a su taza. Sin romper el contacto visual, el aire comenzó a calentarse, no podía fingir por mucho tiempo que su mirada no hacía temblar mi ser.

¿Qué me pasaba?

—Oh, bueno, ¿y por qué no duerme?

—Insomnio —contestó, dejando la taza— ¿y tú, duermes bien?

Asentí.

—¿Puedo preguntar por qué te despiertas tan temprano los días que puedes dormir hasta tarde?

Me encogí de hombros, Meraki saltó de la encimera al suelo y corrió hasta entrar a la habitación de Draco.

—No lo sé, solo me despierto y ya.

Asintió. Lo miré bien, esta vez tenía una camiseta normal, pero pantalones de vestir negros.

Había olvidado que no trabajaba hoy.

Tenía todo el día libre, menos por la noche, pero no tenía nada que hacer.

Recordé la venta de cuadros que había, mi sueño, ser una artista reconocida estaba siendo opacado, ya no tenía las mismas ganas.

𝐌𝐀𝐊𝐓𝐔𝐁༄___𝐿𝑈𝐶𝐼𝑈𝑆 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora