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—¿Qué sucedió? —pregunté, con preocupación, mientras me acercaba a él— ¿qué ha hecho? ¿Está bien? ¿Le duele?

Lucius intentó callarme, pero con rapidez me acerqué. Tomé su rostro para observarlo de cerca, mis dedos tocaron su piel fría y suave, aquello hizo que una corriente de aire me atravesara.

Observé la herida del labio, un corte.

—Tengo que limpiar la herida, luego curarla, tengo una pócima para eso o puedo ponerle una pomada mágica. . .

Me detuve al percatarme de lo mucho que estaba hablando y en cómo estábamos; muy cerca. Había tirado de su rostro, por lo que su cuerpo estaba inclinado hacia mi.

Su mirada me seguía, tranquila y serena.

—Estoy bien —aseguró, y quité las manos de su piel.

—Yo, lo siento, iré a buscar las cosas, siéntese.

—Sasskia, no tienes-

—Iré a buscar las cosas —. Lo ignoré y salí de la cocina para correr a mi habitación.

Busqué mi botiquín de primeros auxilios.

Desde que había empezado a trabajar con niños, siempre lo llevaba conmigo a donde fuera.

Lo tomé y corrí nuevamente a la cocina, él seguía de pie allí.

—Por Merlín, ¿no puede seguir órdenes por una vez en su vida? —cuestioné, sujetándolo de su camisa, tiré de ella y lo llevé a la sala.

Lucius me siguió en silencio, lo dejé en el sofá y busqué unas toallitas húmedas que tenía en mi abrigo colgado cerca de la puerta.

Al voltear, él me estaba sonriendo.

Era la segunda vez que lo veía sonreír y que esa sonrisa era para mí.

Me llevé una silla al lado del sofá. Estaba sentado, pero, concentrada en lo que tenía que hacer, lo empujé para que se recostara.

—Sasskia. . .

Quiso volver a levantarse, pero esta vez, mis manos empujaron su pecho duro y caliente, al sentir mi contacto, me observó y se dejó en el sofá.

—Solo déjeme hacer esto, por favor —murmuré y tomé gasas para limpiar la herida de su labio, noté que mis manos temblaban levemente, mis ojos comenzaban a picar, me sentía tan. . . Culpable.

Él también lo notó porque, en ese momento, detuvo mis movimientos con sus grandes manos sobre las mías, pero luego, llevó su mano a mi rostro. Me mostró una sonrisa de labios cerrados, limpiando una lágrima que caía.

—Usted no debería hacer esto por mí —negué, aceptando su tacto— ni debería meterse en estos asuntos, yo puedo sola con mi hermano-

—Está bien —me interrumpió— lo hice porque quise, Sasskia, tranquila.

Apartó su mano de mi rostro.

Tomé aire y volví a limpiar la herida, su labio carnoso me llamaba, pero lo ignoré, limpié la sangre de su alrededor y luego le tendí la pócima.

—Bébala, tiene gusto dulce —dije, dejando la pequeña botella dorada en sus manos.

Lucius la examinó— no necesito esto, Sasskia.

—Por favor —pedí.

Finalmente la bebió. Luego dejó la botella de lado, tomé las toallitas húmedas y su mano derecha, tenía pocos rastros de sangre.

Sus dedos eran largos, fuertes, su mano era muy grande en comparación a la mía.

Quité todo rastro de sangre, al terminar, no solté su mano— Señor Malfoy. . .

—Él está bien.

—Yo no-

—Pero le rompí la nariz y parte de su rostro —declaró, bajando su mirada por mi cuerpo, luego su mano libre se fue a mi rostro, dónde roso sus dedos con mi mejilla morada— él no volverá a tocarte. No mientras yo viva —subí la mirada para encontrarme con la suya, ahora estaba inclinado hacia mi nuevamente.

—¿Sabe usted que no me gusta la violencia?

Él volvió a sonreírme, ver esa sonrisa era tal privilegio.

—Tranquila, hice unas llamadas antes de llegar —advirtió— sé que la violencia no es lo mejor. . . —su dedo se enredó en mis cabellos— pero te aseguro que él jamás volverá a tocarte. Sasskia, ni él, ni nadie que te trate mal te merece.

No me había dado cuenta de que había dejado de respirar, hasta que me alejé.

—Gracias. . . Señor Malfoy.

Lo miré, había vuelto a sentarse, su respiración estaba agitada.

Mi mente me llevaba a lo que pasaría a partir de ahora, ¿Adam ya no querría verme más?

¿Eso sería lo bueno de todo esto?

¿O estaba perdiendo al único familiar que me quedaba?

¿Debería enojarme con él?

¿Estaba traicionando a mi hermano?

—¿Sasskia?

Me había quedado mirando las gasas con sangre en mis manos.
—Sí —respondí al instante, reincorporándome para botar las cosas ya usadas— yo. . . No sé cómo agradecerle, señor Malfoy o no sé si debería agradecerle-

—Está bien, Sasskia.

Se puso de pie y me observó desde su lugar.

—Buenas noches, Señor Malfoy.

Me di la vuelta e intenté alejarme, pero sentí su mano cerrarse en mi muñeca.

Otra vez su tacto, piel con piel.
Tan impropio, tan. . .

<Perfecto>

—Espera —borré pensamiento y lo miré. Allí me di cuenta de que me afectaba ver su perfecto rostro lastimado. Esperé a que hablara, pero no lo hizo, sino hasta que cerró sus ojos, sé que estaba conteniendo algo— no te irás, ¿verdad?

—¿Por qué piensa que querría irme?

—Rompí tus reglas.

Desvié la mirada al suelo y me solté de su agarre, su mirada buscaba la mía, pero no la encontró.

—Lo hizo, pero no puedo culparlo —sonreí y fijé mis ojos en los suyos, un atisbo de relajación se cruzó en el azul de su mirada—. La que no debe romperlas soy yo, Señor Malfoy y no pienso hacerlo.

Su semblante se volvió serio y mi sonrisa se esfumó.

—Buenas noches, Señor Malfoy —repetí, y sin esperar respuesta, salí de allí.

Me fui a mi habitación antes de que mis labios dejaran escapar palabras que no debían salir, nunca.




NOTA;

Es que están muy cerca coño, ya quiero escribir su primer beso, bueno, si es que hay uno.

Disculpen la tardanza, tuve un día ocupado.

Hasta leernos denuevo!

-AZ<3

𝐌𝐀𝐊𝐓𝐔𝐁༄___𝐿𝑈𝐶𝐼𝑈𝑆 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora