Dos semanas después.
Keyla
Estábamos en la casa de la Danae, mientras preparábamos a los gatitos y perritos que hoy se iban a ir a esterilizar.
En estas semanas con los chiquillos nos hemos unido más, en cuánto al Franco hemos hablado más seguido y me acompaña a pasear a los perros de vez en cuando, aunque aún no puedo olvidar el momento más tenso que he tenido con el cuando me huebeó con que me lo comiera.
Según él fue broma.
Pero, desde ahí todo ha sido más fluido y nos hemos unido más por así decirlo. Es raro, pero me gusta como me hace sentir su compañía. Hemos hablado muchos temas y lo he logrado conocer un poco más y es una persona muy bacán detrás de toda esa coraza de hielo que carga, me ha hablado de sus metas, sus amigos cercanos, pero nunca de sus papás.
A lo mejor murieron y le da pena recordarlos.
Cuando se de la oportunidad le preguntaré sobre ellos.
Miré a mis amigas que estaban concentradas organizando todo para que saliera como habíamos planeado y anotado estas últimas dos semanas, cada uno ha puesto su granito de arena para que funcione, pero por lo que sé no fue necesario hacer una rifa porque el Franco aportó con la plata de éstas operaciones.
Si es tan lindo.
—¿Seguís hablando con el Luciano? —le pregunté a la Gio saliendo de mi trance de pensar en el Franco. —Parece que estai enamorá.
—La que está enamorá es otra. —me dijo riéndose. —¿Cierto Nanita?
La Danae estaba peinando al Lufy, mientras tarareaba una canción que no podía reconocer.
—Danae. —le hablé para ver si me escuchaba. —¿Amiga?
—¿Qué pasa amiguitas? —nos miró con una sonrisa en el rostro. —Se ve tan lindo el Lufy con esto puesto.
Con la Gio nos miramos y nos reímos.
—¿Qué onda Danae? —le preguntó la Gio poniendo a la Kitty en la mochila de veterinario para gatos que tenía la Danae. —¿Se te fue lo rockstar amiga?
—¡Qué! —exclamó sorprendida. —Nada que ver, solo estoy feliz de que las cosas están saliendo como yo esperaba.
—Ajá. —le dije. —¿No será porque estai llevando la fiesta más que en paz con el Feña?
Me miró y se rió. —¡Es por eso!
—¡¿Te gusta?! —le gritó preguntando la Gio.
Con la Gio quedamos esperando su respuesta, mientras la Danae solamente sonreía abrazando al Lufy.
—¡No! —dijo ella riéndose y luego se tiró de espaldas a la cama. —¡Bueno, no sé!
Dejamos de hacer lo que estábamos haciendo y corrimos a la cama de la Danae a acostarnos a su lado.
—Es que ha cambiado caleta conmigo. —suspiró. —Él fue el primero que se ofreció en ayudarme con el tema de la fundación y se ha portado la raja. —sonrió arrugando la nariz. —Eso también ha ayudado mucho a conocernos más y me di cuenta que lo juzgaba sin conocer la demás historia.
El Feña tiene una historia de vida bastante cruda, sus papás están en cana y lo más cercano a una familia es su tía que es drogadicta y su primo.
Los abuelos del Feña se lo quieren llevar de donde está, pero él no quiere dejar a su primo solo con su mamá porque sabe que ella no lo cuidará, ni lo querrá como él lo hace y tampoco quiere que pase lo mismo qué pasó él desde que a sus papás se los llevaron a la cárcel.

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¿Escapémonos?
Teen FictionUn capricho para él y una ilusión para ella, hasta que el capricho se convirtió en su más grande debilidad, mientras que para ella su ilusión se transformaba en realidad sin llegar a imaginar las consecuencias que tendría. ¿Que chucha podría salir...