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Danae

Creo que las cagué.

Caminé a la sala media bajoneada, no me gustaba discutir con la Keyla o con la Gio, pero aveces la Keyla me enferma con sus ideas de un amor romántico como en las películas porque en la vida nada es así y no quiero que le hagan daño, aparte se que también ella se pasa muchísimos rollos con lo que esta pasando con el Franco.

—¿Por qué está llegando a esta hora? —me preguntó mi profe jefe. —¿Está bien?

Es joven y entendía la mayoría del tiempo por las cosas que estábamos pasando, pero igual es medio insoportable aveces. No podía ser todo totalmente perfecto.

Sí. —le dije y me revolvió el pelo. —Estaba hablando con la Keyla.

—Ah ya. —me sonrió. —Vaya a sentarse nomás, estábamos hablando sobre el paseo que haremos a fin de año.

—Yap.

Me senté al fondo de la sala y le escribí a la Keyla para que nos juntáramos a la salida para hablar las cosas y disculparme con ella.

keylecita💐💗

amiguita
podemos hablar a la salida:(
no quería hablarte así
perdóname
:(

No me respondió así que conecté los audífonos y me puse a escuchar música, mientras veía como todos se ponían a discutir sobre donde iba a ser el paseo o la huea que querían hacer.

—Oye. —sentí que alguien se sentó en el puesto que estaba libre. —¡Oye!

—¿Tú sabís hacer otra hueá que no sea hincharme las hueas? —le pregunté molesta, mientras me sacaba los audífonos. —¿Que querís?

—Le podís decir a tu amiga que me responda lo que le pregunté. —me pidió el Franco. —Porfa.

—¿Por qué no le decís vo'? —lo miré mal. — ¿Acaso tengo cara de mensajera?

—Erís bien desagradable. —rodó los ojos. —Te compro todos los alfajores culiaos que te quedan si me hacís el favor.

Abrí bien los ojos. —¿Me estai hablando en serio?

—¿Tengo cara de estar hueando? —me preguntó serio. —Tan via' pa' algunas cosas y tan hueona pa' otras.

La pensé bien, por un lado necesito la plata para comprarle la comida al Ramón, mi gato, tiene una enfermedad a los riñones y tiene que comer una comida especial que cuesta como cincuenta lucas los cinco kilos y con lo que me ayuda mi hermano no me alcanza para comprarle la comida a mis perros y los otros michis. Pero, por otro lado estaría exponiendo a mi amiga a quién sabe qué y también le estaría haciendo un favor a este hueón que me cae como el hoyo.

—Ya. —le dije y conté los que estaban en la bolsa. Esto lo hice por ti Ramón. —Son diez lucas.

Sacó su billetera y me pasó la plata.

—Dámelos con la bolsa mínimo.

Lo miré mal y me sonrió irónicamente.

—Primero que todo ¿El Insta de la Gio es para ti o alguien más? —entrecerré los ojos para meterle presión. —Quiero la verdad.

—¿Gio? —me preguntó y yo asentí. —La pregunta que me hiciste no está dentro de nuestro trato.

—No seai barsa. —dije empezando a molestarme. —Es una simple duda que debes de responder, es lo mínimo que me merezco.

¿Escapémonos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora