CAPÍTULO - 18 (II)

151 17 8
                                    

Escuchaba el sonido de los pájaros batiendo sus alas y cantando en el exterior a medida que mis ojos se iban abriendo poco a poco hasta que se acostumbraron completamente a los rayos de luz que traspasaban las cortinas del dormitorio de Harry.

Lo primero que sentí fue un calor agradable, cuyo foco principal residía en mi espalda. Me percaté que el brazo de Harry rodeaba fuertemente mi cuerpo y su mano estaba posada en mi estómago ocupando la totalidad del mismo. Su pecho estaba pegado a mi espalda, con su cabeza acurrucada en la parte trasera de mi cuello y sus piernas unidas a las mías.

Creo que esta es la posición para dormir que suelen llamar "cuchara", y he de decir, que me sentía de maravilla, aunque no debiese hacerlo, al menos, no con Harry.

Había dormido con Harry Styles.

No podía verle la cara porque estaba de espaldas a él pero estaba completamente segura de que tenía aspecto de ángel. Podía sentir el movimiento de su pecho en mi espalda, subiendo y bajando en sintonía con su respiración. Parecía estar en un estado de paz absoluta así que no me moví ni un poco para no despertarle. Mis ojos aún estaban cansados de la intensa noche de ayer y los cerré sintiendo cómo me envolvía la calma, otorgada en mayor parte por el aura pacífica del chico que yacía durmiendo a mi lado.

Sabía lo mal que lo estaba pasando Harry y ahora veía los sucesos de la noche de ayer de forma diferente.

Estaba triste y dolido. No era capaz de aceptar que su amiga iba a morirse, aunque él mismo lo dijese. Anoche quería olvidar los tres dramáticos días que había vivido en Manchester junto a su moribunda amiga y había tratado de ahogar sus penas en alcohol, lanzándose sobre mí para que su mente viajase hacia otra parte; tal vez, actuar como un chico de veinte años que no tiene ningún problema, había sido su principal objetivo de salir de fiesta anoche. Error que sólo le hizo sentir peor, por el hecho de que actuó conmigo de una forma en que nunca lo habría hecho y me dijo cosas que jamás me habría dicho, provocando que se hundiese aún más en su miseria.

Hoy tenía que ayudarle a salir de ese pozo como fuera. No podía volver mañana (¡Mañana!) a España sabiendo que dejo así a Harry.

Una respiración algo más fuerte y un apretón en mi cintura me hacen abrir los ojos rápidamente, notando como Harry se está moviendo detrás de mí.

Aprovecho para girarme suavemente hasta quedar frente a él, quién está abriendo los ojos poco a poco, algo hinchados por el sueño.

"Ahora está sobrio y a lo mejor no quiere verme aquí".

Escruté su rostro buscando algún gesto que indicase confusión o desagrado, pero todo lo que encuentro es una expresión tranquila y descansada, algo sonrosada por el sueño. Pagaría por ver semejante estampa todas las mañanas al abrir mis párpados.

—Buenos días — dije en voz baja algo tensa, no sabía cómo iba a tomarse el que yo estuviese aquí con él después de todo lo de anoche.   

—Buenos días — me contestó con una sonrisa tímida pero lo suficientemente amplia como para mostrarme uno de sus hoyuelos, logrando que sus ojos tomasen un color verde claro más brillante de lo usual, si eso era posible.

—¿Te encuentras algo mejor? — le pregunté sin poder reprimir el impulso de apartar uno de los rizos que le caía por la frente. Su sonrisa se hizo más ancha y noté cómo sus dedos apretaron suavemente la zona de mi cintura, donde seguían posados.

—Ahora sí.

Le sonreí de vuelta notando cómo me ruborizaba y desvié la mirada un poco sintiéndome algo avergonzada. Mantuve mis manos unidas delante de mi pecho, cohibida. Su mano no se apartó de mi cintura y ahora estaba ya despierto y sobrio, lo cual me hizo sentir extrañamente bien. Nadie en su sano juicio despreciaría una muestra de afecto así.

Mi sueño, mi vida || Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora