Eternal Eternity [Cregan Stark]

Capítulo 33

Aemond miró a Lucenys mover las pequeñas piernas de Rickon.

Ella estaba sentada en el piso, bajo pieles cerca de la chimenea, él bebé estaba acostado de espalda mientras Lucenys movía sus pequeñas piernas.

Rickon Stark gorgoreaba de la felicidad antes las caricias.

—Oh, qué risa más dulce — dijo Lucenys jugando con su bebé — Verdad mi amor. Eres el bebé más dulce del mundo.

Aemond sonrió levemente ante la imagen de Lucenys riendo. Su cabello castaño caía en ondas hacia el bebé, quien alzaba sus regordetas manos en busca de querer atrapar las ondas castañas.

Su paz fue interrumpida a la llegada de un cuervo.

El maestre Hael interrumpió la paz hogareña con una carta.

—Mensaje de King 's Landing — dijo el Maestre — Una nota de advertencia de la Usurpadora.

Aemond no pasó por alto la mirada de asco de Lucenys hacia el Maestre.

—¿ Y qué informa la perra de mi hermana? — preguntó Aemond ignorando la mirada de odio de Lucenys.

—Exige la liberación de la princesa Lucenys y Lord Rickon de manera inmediata o la reina viuda sufrirá las consecuencias.

Lucenys se abrazó a Rickon.

Aemond miró al Maestre. Había recibido la noticia del suicidio de Helaena hace dos semanas, Aemond lloró a su amable y torturada Helaena.

Perdió a dos niños y ahora Jaehaera quedó huérfana de madre.

Aemond se acercó a Maestre, para evitar que Lucenys escuchará lo siguiente.

—Escribe a la puta de Dragonstone que si se atreve a lastimar a mi madre — dijo Aemond — daré a Rickon Stark a mi dragón como bocadillo.

Hael asintió con la cabeza y se fue dejándolos solos. Lucenys abrazó a Rickon a su pecho mientras lo veía con odio.

Y así de simple se rompió la burbuja de paz.

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La criada más anciana era la que la vestía. Un secreto es que llevaba traje de cuero debajo de los vestidos que Aemond tenía para ella. Por suerte la blusa tenía muchos cordones, lo que abiertos podía disimularse debajo de los vestidos.

Esperaría el mejor momento para asesinarlo y volar en Arrax directo al Norte con su bebé

Lucenys soltó un gemido cuando Rickon se prendió a su pecho para beber de la leche. Al fin le estaba bajando la leche y se sentía dichosa de poder dar de su pecho a su pequeño cachorro.

—¿El mozo de caballo pregunta cuándo el lobo subirá al sur? — pregunta Yoraida, Lucenys sabía que hablaba de Darien.

—Aún no— susurró Lucenys — Debemos esperar

—De acuerdo princesa

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Siete días del secuestro de Lucenys, Daemon aterrizó en Harrenhal.

Llegaron al Ojo de los Dioses. Daemon llegó primero, acariciando a Caraxes espero a que maldito sobrino se hiciera presente.

Daemon podía sentir las garras del extraño.

El cielo se oscureció parcialmente ante la llegada de Aemond sobre Vhagar. El dragón que una vez fue de su querida Laena y su amado padre, era montado por un cachorro Hightower.