Capítulo 10

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Lucenys palideció cuando vio a Vhagar en Storm 's End, su estómago se le revolvió, pero tenía que completar esta misión para madre.

Tal vez Lord Borros la envíe a casa con el resguardo de algunos caballeros. Empezó a llover ligeramente, Lucenys calmó a Arrax que parecía asustado.

—īlon jāhor sagon sȳz, sepār umbagon gīda (Vamos a estar bien, calma) — dijo Lucenys acariciando a su dragón.

Un grupo de dos guardias se acercaron a ella.

—Princesa Lucenys— dijo un guardia. Lucenys parpadeó. ¿Cómo sabía su nombre? — Un gusto verla. No me recuerda, pero hace dos años vivía en Dragonstone, en las villas. Usted ayudó a mi abuela con sus medicinas.

—Aster Noon — recordó Lucenys a la anciana cuyo pie empezó a tornarse marchito — Los dioses nos han reunido. Necesito ver a Lord Baratheon, tengo un mensaje de la reina.

Noon la guio hacia el salón de Storm 's End dejando atrás a Arrax. Lucenys en su mente empezó a rezar a las Siete Deidades.

Al llegar vio muchas personas, las cuatro hijas de Lord Borros alineadas cerca del trono de su padre. Lucenys tembló cuando vio Aemond cerca de Lord Baratheon.

La escena de él abusando de ella llegó como un relámpago en su mente que sentía que se podía derrumbar en el piso hecha un manejo de gritos y sollozos.

—Lord Borros. Traigo un mensaje de mi madre, la reina — dijo Lucenys con cortesía, sacó el pergamino y se entregó a uno de los guardias a su lado.

—Hace poco llegó un cuervo diciendo que había un rey— contestó Lord Borros — ¿Cuál es? ¿Rey o reina? La Casa del Dragón no parece saber quién la gobierna.

Rápidamente se le entregó a Borros, quien gritó por el Maestre. Un anciano vestido de gris se acercó y leyó para luego susurrarle al oído a Lord Borros.

—Recodarme del juramento de mi casa. — dijo Lord Borros — Al menos el rey Aegon vino con una oferta. Una de mis hijas.

Lucenys suspiró aliviada. Si Aemond estaba aquí era para prometerse con una de las chicas Baratheon. 

Ella quedaría libre, aunque mancillada, podía pasar el resto de sus días en Dragonstone cuidando de sus múltiples sobrinos.

—La oferta habla de mi hermano Daeron — intervino Aemond miranda fijamente, Lucenys se erizó como un gato asustado — Yo ya estoy prometido en matrimonio a la princesa Lucenys.

Lucenys miró asustada al señor de las Tormentas.

—Vete niña — le dijo furioso — Y dile a la perra de tu madre que el señor de Storm 's End no es un perro que ella pueda silbar cuando lo necesite.

Lucenys bajó la mirada derrotada y se dio la vuelta.

—Espera... Lady Strong — la voz de Aemond hizo que se detuviera — Estoy molesto que mi prometida haya huido de la capital a pocos días de nuestra boda.

Una lágrima bajó por su mejilla. ¿Aun quería casarse con ella después de todo el daño que le hizo?

—Tú me lastimaste — Lucenys dijo con la voz rota. — No iré contigo.

—¡Māzigon naejot aōha valzȳrys, Lucenys ! (Ven con tu marido, Lucenys) — gritó Aemond queriendo acercarse a ella. —¡¿Enserio creíste que dejaría que mi esposa volara por los Siete Reinos usurpando la corona de Aegon?!

Como pudo ella sacó su daga sosteniéndome cerca de su cuerpo.

—¡En mi salón no! — gritó Lord Borros — Escolten a la princesa Lucenys hacia su dragón.

Eternal Eternity   [Cregan Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora