Capítulo 29

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El cachorro aún no tenía nombre. 

Lucenys esperaría a que Rickon tuviera edad para nombrar al bebé Huargo. Ella nombró le dio un nombre a su dragón cuando tenía cuarto, así que esperaría.

Lucenys, después de mucho tiempo se había puesto ropa para montar. Su vientre ya no estaba tan hinchado, Lady Mormont, dos días luego de dar a luz le vendó el vientre y las caderas con una larga tela de lana.

—Ayuda a que los órganos se acomoden y recupere su figura muy pronto — dijo mientras le ajustaba las vendas alrededor de la cadera.

Lucenys retomó sus actividades como Lady de Winterfell. Empezó a organizar un censo entre las damas del norte. Que enviará a delgados de sus fortalezas a recorrer sus tierras y ver cuantos pobladores tenían.

Necesita un estimado de cuántas personas hay antes del invierno.

Una semana y media, Rickon era un bebé regordete. De cabello castaño y ojos que mostraban su herencia Valyria.

Como lo había hecho su madre con ellos cincos, Lucenys ató a Rickon a su pecho y dio su primer vuelo en dragón. Lucenys se dejó el pelo suelto, sin velos, ni tiaras ni adornos. Su ropa de montar le quedaba demasiado ajustada en la zona de los muslos.

Arrax olió a Rickon y ronroneó satisfactoriamente ante el olor a bebé y leche. Lucenys sin mucha ayuda montó en su precioso dragón y dio vueltas alrededor de Winterfell y Winter town.

Podía escuchar a Rickon gorjear de felicidad ante el aire y los copos de nieve pegándose a su rostro. Luego de algunos minutos descendió al piso donde Yunet rápidamente la cubrió a ella y Rickon con una gruesa capa de lobos color gris.

—¿Y qué tal? — preguntó Yunet.

—Se ha reído— Lucenys besó el cabello de Rickon, su bebé mostraba signos de ser un bebé muy desarrollado para su edad. Le encantaba jalarle el cabello cuando Lucenys se distraía o quería llamar su atención.

—Vamos querida — Yunet entrelazó su brazo con el de ella. — Ha llegado un cuervo de Lord Stark.

Lucenys miró a su Septa , rezando que no fueron malas noticias. Ambas caminaron hacia el salón de la dama de Winterfell.

Era un acogedor espacio con una gran ventana que proporcionaba luz y una chimenea que daba calor al lugar. Todas las invitadas habían regresado a sus hogares para seguir preparándose para el invierno.

Lucenys se sentó en el gran sillón de cuero y Yunet le tapó las piernas con una gruesa manta. Alys le trajo algo de té para calentarla y Lucenys recostó a Rickon en el cesto de mimbre, el cachorro al sentir la presencia de Rickon caminó hacia el cesto y se hizo bolita regresando a su sueño.

Lucenys abrió el mensaje de su esposo.

"Querida Lucy

Gracias por avisar del avistamiento del cachorro. Cuento los días para llegar al sur y acabar con los traidores. Cada noche apareces en mis sueños.

Cregan"

Lucenys leyó la carta de Kepa.

"Riña ñuha (Mi niña) he leído las nuevas. Bueno, al final fue el mismo destino que le dio un cachorro a tu cachorro.

Oh he leído muchos de los Huargo. Tal vez se escuchen cantos de tu hijo, un feroz guerrero con su lobo a su lado.

Kepa"

Lucenys río y dejó ambas cartas. Con cuidado se levantó a su pequeño escritorio. Necesitaba escribirle a su madre.

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Eternal Eternity   [Cregan Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora