Capítulo 13

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Winterfell tenía mañanas azules.

Lucenys despertó envuelta en gruesas pieles que la mantuvieron caliente en la noche. Dos criadas entraron con una palanga y la ayudaron a vestirse para el día.

—¿Y cuales son sus nombres? — preguntó Lucenys, le gustaba saber el nombre de las personas que la ayudaban — No nos presentaron ayer. 

—Yo soy Betsy — dijo la criada de cabello negro y ojos miel.

—Soy Camille — contestó la otra criada de cabello rubio con ojos azules y pecas.

—Es un gusto — les sonrió Lucenys.

La vistieron con un vestido morado claro de tela muy gruesa junto a una capa rosada con filos de piel castaño.

—¿Le gusta el vestido, princesa? — preguntó Betsy mientras le colocaba su collar de perlas con la Estrella de Siete Puntas.

—Es hermoso.

—Lord Stark sabía de su llegada y mandó a confeccionar algunos vestidos con capas para el frío — comentó Camille mientras untaba perfume en su cuello y muñecas. —¿Quiere usar guantes , princesa?

Lucenys negó con la cabeza y notó un bolsillo en la capa, guardo los ligeros guantes para más luego.

—¿Y mi hermano?

—El príncipe se prepara para ir de cacería con Lord Stark — contestó Camille — Partirán luego del desayuno. ¿La princesa irá con ellos?

—No— negó con la cabeza Lucenys — No tengo habilidades en espada o en arco.

—Las damas le esperan en el pequeño comedor para que rompan el ayuno — le dijo Betsy. Lucenys se onduló un poco en cabello con sus dedos y caminó hacia el pequeño comedor.

En el lugar ya estaba Jacaerys vestido para la cacería y a su lado Lord Stark. Cregan la vio primero y se levantó, inclinando su cabeza como saludo.

—Princesa Lucenys— la saludo. Lucenys bajo un poco la mirada, Cregan Stark era alguien con una presencia fuerte que la hacía sentir pequeña.

Pero en sus años de correspondencia, habían formado una amistad. Sentía las palabras de Cregan como las de un líder natural.

A veces escribía sobre las tierras del Norte y como se preparaban para el Invierno o sus intercambios de temas.

A diferencia de Aemond, cuya presencia la intimidaba. La presencia de Cregan era... cálida.

—Espero que haya pasado una noche agradable princesa — Stark le abrio la silla y ella le sonrió mientras se sentaba frente a su hermano.

—Mucho. Mi habitación es muy cálida — contestó Lucenys sonriéndole.

La presencia de Cregan fue cálida que se olvidó de las tres damas norteñas que estaban también en el comedor junto a Sara.

Lucenys las saludó y preguntó cómo durmieron.

Lady Karstark preguntó qué quería hacer en el día y Lucenys no supo qué contestar. Siempre estaba con Septa Yunet caminando por las aldeas de Dragonstone o trabajaba con el bordado, o se dedicaba a cuidar a sus hermanitos bebés.

—Princesa Lucenys— dijo Cregan —Lady Mormont es una sanadora de confianza. Me acuerdo que sus cartas mencionan su interés en el tema de la sanación. Tal vez, Lady Mormont sirva como una maestra complementaria al Maestre Killan, aunque ya está muy anciano el Maestre.

—¿Es sanadora? — preguntó Lucenys.

—No soy una Westerosi de nacimientos — sonrió Lady Mormont — Era de Volantis pero termine en Westeros capturada por los hombres del Hierro. Me escapé cuando atacaron Bear Island.

Eternal Eternity   [Cregan Stark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora