Eternal Eternity [Cregan Stark]

Capítulo 11

Lucenys odiaba su sangrado mensual.

La primera vez que sangró lloró al saber que podía ser casada y encamada inmediatamente, pero su madre lo evitó ese día por algunos años. Otra cosa que odiaba era sentirse asquerosa, hinchada y cansada.

En fin, odiaba tener que sangrar cuatro días al mes.

Pero, en su segundo día en "El tempestad" haber tenido su sangrado se sintió como una victoria para ella, si sangraba significa que la semilla que Aemond derramó dentro su vientre cuando la violó no logró embarazarla.

Ella no tendría un bebé.

—Descanse princesa — dijo Yunet entregando una taza de té. Lucenys estaba acostada en un simple camastro dentro del camarote — Gracias a los dioses que no tendrá un bebé. Los bebés son regalos de los dioses, siempre y cuando sean deseados.

—Lo sé.

Lucenys miró los dos pequeños baúles en el lugar. Al parecer su madre fue astuta y la salvó de regresar a las garras de Aemond.

—Cuando lleguemos a Puerto Blanco— dijo Lucenys — Enviaremos un cuervo a Storm 's End preguntando por la familia de Ser Aster Noon. Él fue clave para que escapara de Aemond, conozco a mi tío, él no lo dejaría con vida.

Lucenys bebió la taza.

—Quiero saber si tenía familia — ella suspiró — Ayudaré a la familia de Ser Noon en lo que pueda, una compensación por salvarme.

—Oh princesa, usted es un alma pura — Septa Yunet le dio un beso en la frente.

──── ∗ ⋅✧⋅ ∗ ────

Cregan miró el pergamino con el sello de un cangrejo. La familia Celtigar.

"La princesa Lucenys ya está en el barco camino a Puerto Blanco. Logramos rescatarla antes de que su dragón se hundiera en el mar, estaba siendo perseguida por el príncipe Aemond.

No sabemos el panorama completo, pero algo ha sucedido entre los príncipes que la reina Rhaenyra clama venganza por la princesa Lucenys.

Estimamos que estaremos llegando a nuestro destino en dos días más.

Att.

Lord Hyam Celtigar

Heredero de Isla Zarpa"

—Como mi visión — dijo Sara pelando una castaña — Un dragón hundiéndose en el mar...

—No falló tu sueño verde — comentó Cregan.

—Nunca fallan, hermano — Sara lo miró — Porque si hubieras creído que esto no son mas que locura, tú hubieras muerto hace mucho tiempo y nuestro tío gobernara el Norte.

Cregan apretó los labios recordando su cumpleaños dieciocho donde Sara en medio de la celebración le retiró la copa chillando que estaba envenenada. Todos en el salón pensaban que estaba loca, hasta que el mozo que levantó la copa probó algo de vino y cayó al suelo vomitando bilis con sangre.

A Cregan no le pesó la mano matar a su tío y mandar a sus primos al Muro para que vistan de negro lo que les quedara de vida.

La sangre Reed que corre en la sangre de Sara, la sangre de los verdes videntes era especial, y luego de su casi muerte Cregan confiaba ciegamente en su hermana.

La noche en que entró a su habitación gritando que vio a un dragón hundirse en el mar, el sigilo de los Velaryon.

Lucenys.