T6B: Cara a cara

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La puerta de mi habitación seguía sonando, llevaba demasiados días encerrada en las paredes de mi cuarto sin querer salir de este

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La puerta de mi habitación seguía sonando, llevaba demasiados días encerrada en las paredes de mi cuarto sin querer salir de este. Han pasado días o al menos eso ha parecido, me la he pasado dormida y sin querer salir a ninguna parte, sin querer comer, solo abrazando con fuerza mi almohada intentando todo ese dolor que me estaba consumiendo en vida y he estado ignorado todos los intentos de la manada por hacerme reaccionar, mi teléfono no dejaba de sonar y no quería hablar con nadie, incluso Isaac me había llamado, pero aún así no quería hablar con nadie, quería estar sola. Rompí mi teléfono al arrojarlo por la ventana. Mire el anillo que estaba en mi dedo, las lagrimas nuevamente comenzaron a salir de mi. Tan solo con recordar aquella pregunta "¿Te casas conmigo?" había perdido todo y simplemente no deseaba saber nada del mundo.

Incluso el dormir se estaba volviendo una tortura, despertaba a mitad de la noche gritando de dolor al sentir cada una de las heridas que habían matado a Brett, el veneno esparciéndose por mi cuerpo, la flecha clavarse en mi pecho, el palo de lacrosse con el que lo habían apuñalado, todo su dolor lo estaba sintiendo una y otra vez en mi interior. Se repetía constantemente, día y noche, estuviera dormida o no continuaba sintiéndolo. Las palabras de Deaton llegaron a mi mente, dejaras de sentir dolor cuando aceptes que ya no esta. No podía aceptarlo ¿Cómo podría aceptar que mi alma gemela ya no esta? Que no fui capaz de llegar a tiempo para poder salvar su vida, si me hubiera quedado a su lado, el podría estar vivo. Desperté a mitad de la noche dejando salir un grito al sentir nuevamente todo, el choque del auto.

— Ya, ya. – Dijo mi padre ingresando a la habitación, me apretó entre sus brazos para darme la suficiente calma. Hundí mi rostro entre mis piernas mientras el acariciaba mi cabello.

— Duele tanto papá, me duele, y...ya no quiero más. Q...que se detenga.

— El no querría verte así June. No querría que sufrieras. Intenta dormir. – Beso mi frente, tenia razón, Brett no querría verme así, aun así aceptar que se fue es difícil.

Desperté a la mañana siguiente. El sol ingresaba por la ventana. La puerta de mi cuarto se abrió dejando que mi mejor amigo entrara. Me reincorpore en la cama quedando sentada sobre esta, me sentía horrible y me veía horrible, no hacia falta verme a un espejo para darme cuenta lo espantosa que me veía, al sentir su abrazo recargue mi mejilla contra su hombro, las lagrimas volvieron a salir de mis ojos, dolía, seguía doliendo, pero tengo que ser fuerte, vengarme de los que lo mataron. Acabar con quienes me lo quitaron. Cerré los ojos concentrándome en el latido de su corazón y las palabras de aliento que salían de su boca.

— Vengo de ver a Liam. Me costo convencerlo de que volviera a la escuela.

— Todos los sabrán, estamos todos expuestos Scott.

— Y te necesito para detenerlos.

— No puedo, ya solo quiero irme de aquí. Stiles tenia razón, tenia que haberme ido.

— Te necesito June. – Sostuvo mi rostro entre mis manos secando las lagrimas con sus pulgares. Negué repetidas veces sin dejar de ver sus ojos. – Por favor. Por favor.

La chica StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora