Return to the life. Brett Talbot.

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Confusión, dolor, frío, odio irracional. Eran algunas de las emociones y sensaciones que recorrían mi cuerpo en ese momento. Era una mezcla de sensaciones que me hacían explotar la cabeza. Con ambas manos sostenía está intentando aguantar el intenso dolor que sentía, era como si mil flechas se clavaran en mi cuerpo al mismo tiempo. La piel me quemaba como si fierros al rojo vivo me tocaran, era el dolor más intenso que jamás había sentido. Poco a poco todo ese dolor se iba regulando, la intensidad disminuía y ya estaba siendo consciente de lo que pasaba a mi alrededor o al menos eso intentaba creer.

Lleve por inercia una mano hacia mi hombro ante el intenso ardor que tenía en piel, mis ojos cambiaron de color un instante, lo suficiente para notar la marca en mi cuerpo, de un intenso rojo, como los ojos de un alfa. Una voz llego a mi mente, un te amo que logro hacer que ese ardor disminuyera, una voz que conocía a la perfección, pero que por alguna razón no lograba recordar. Una voz sin rostro que estaba en lo más profundo de mi subconsciente. Pero que había aliviado todo el dolor que estaba sintiendo en ese preciso momento.

Observe a mi alrededor, la espesa niebla me impedía ver más allá de mis propios dedos, por alguna razón que no entendía estaba en medio del bosque completamente desnudo, la temperatura seguramente bordeaba los 2 grados, podía sentir el frio calar cada poro de mi piel. La última vez que termine así en el bosque, tenia diez años, cuando cambie por primera vez. Sabía bien como controlar la luna llena y todo lo que ello conllevaba, por eso mismo seguía confundido. Me puse de pie rápido al escuchar pasos acercarse en el bosque, al ponerme de pie logré darme cuenta en donde realmente me encontraba, justo de pie en medio del Nemeton.

— ¿Quién eres?

— Quien puede darte las respuestas que necesitas. – fruncí el ceño confundido. – toma. – un abrigo termino en mis pies. Con algo de dudas tome este para poder cubrir mi cuerpo. – si quieres saber que pasa, puedes venir conmigo.

— ¿Dónde está mi hermana?

— Te lo diré si vienes conmigo.

Ir con un desconocido misterioso y encapuchado no era lo más cuerdo para alguien que en ese momento no tenía idea alguna de nada. Cuyos recuerdos estaban encerrados en un rincón de mi mente negándose a salir de ahí. Como una caja de pandora imposible de abrir. Con algo de dudas baje del Nemeton para poder seguir a ese hombre a donde sea que fuese a llevarme, podría ser directo a mi muerte o tal vez podía ser la solución a todo ese caos sin resolver en mi mente. Necesitaba encontrar a mi manada, tal vez alejarme de él y correr a casa donde seguro están todos preguntándose en donde carajos estoy metido y porque aparezco semi desnudo y cubierto de tierra. Lori seguramente se va a burlar de mi por el resto de mi vida. Y claro Satomi puede ayudarme a entender que carajos es esa marca en mi hombro.

El sujeto a mi lado se mantenía con el rostro cubierto y no pronuncio palabra alguna en todo el trayecto. Llegamos hasta Beacon, pasando por las calles que conocía bien. Pero por alguna razón, una sensación de desconfianza se apodero lentamente de mi cuerpo, como si estuviera a punto de recibir la peor de las noticias o tal vez solo estoy siendo demasiado paranoico. Un suspiro escapo de mi boca al recordar nuevamente esa voz, dulce y llena de amor. Más todo eso se desvaneció al ver en donde nos encontrábamos, en mi calle justo afuera de la casa de mi manada, pero a diferencia de lo que creía encontrar, solo había olor a muerte por todos lados. Baje del auto corriendo hacia la entrada, intentando procesar todo lo que estaba viendo. La casa estaba cubierta de cintas policiales y no había ventana que no estuviera destruida en ese momento. Sentí como mis piernas flaqueaban al ver mi hogar destruido y eso solo me lleno de más dudas.

La chica StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora