T6B: Cristal roto

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No habían logrado detener la fusión, el anuk ite había tomado su forma completa y según Liam había sido lo más aterrador que había visto en su vida

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No habían logrado detener la fusión, el anuk ite había tomado su forma completa y según Liam había sido lo más aterrador que había visto en su vida. Ahora teníamos un mayor problema que un sobrenatural que provoca terror, ahora resulta que te mata con solo verte a los ojos ¿Cómo se pelea con algo así? A ciegas, no ver a tu oponente. Scott tenia un plan en mente, pedir nuevamente la ayuda de Deucalión para que les enseñara a pelear sin ver, un hombre lobo que fue ciego un tiempo debió adquirir la suficiente experiencia para eso. Deje a Mason en un lugar seguro para poder ir a casa, necesitaba descansar y sacarme el mal olor ahora de encima, apestaba a alcantarilla. Al estar dentro me detuve de golpe al escuchar pasos en el segundo nivel, tal vez papá, pero no era su aroma, conocía ese aroma, era familiar, demasiado familiar. Subí a toda prisa abriendo la puerta, encontrándome con alguien que esperaba volver a ver pronto.

— Hola Junie.

— Isaac. – Me arroje sobre el aferrándome a su cuerpo.

— Scott me contó lo que paso. Lo lamento.

— No pude hacer nada. – Respire profundo antes de apartarme. – I...iré a darme una ducha, apesto.

— Es cierto, hueles horrible.

— No te muevas de aquí. – Bese su mejilla antes de separarme de él. Tarde un rato en el baño, el agua caliente ayudaba a aliviar algo del dolor y aunque intentara concentrarme en los pensamientos positivos, ese dolor seguía sin desaparecer y solo empeoraba con el pasar de los días. Salí del baño vestida, Isaac continuaba sentado en mi cama jugando con una pelota de lacrosse. – me alegra verte, pero no debiste venir a Beacon Hills. Es estúpido haber venido.

— Si, lo sé. Pero Scott necesita mi ayuda y yo necesito a mi amiga. Y se que tu también me necesitas. – Me jalo hacia el haciendo que quedará sentada a su lado. Tomo mi mano quitándome un poco de dolor. –

— No sirve de nada hacer eso. El dolor es constante, intento acostumbrarme. – Me encogí de hombros. - ¿Dónde habías estado?

— Estuve en Sudamérica con Derek un tiempo y luego viaje a Hong Kong, regrese a Paris y luego volví a Beacon Hills.

— En serio no debiste venir Isaac, nos están matando. Y esa cosa es aun más peligrosa.

— Vamos a estar bien Junie. – Entrelazo sus dedos con los míos. – hemos sobrevivido hasta ahora.

Isaac se quedo junto a mí, preparamos algo de cenar antes de que papá llegara. Comimos un poco, ninguno de nosotros estaba con los mejores ánimos, papá por su parte seguía molesto por lo que había pasado en la estación y como todos los oficiales en lo que el confiaba le dieron la espalda sin más, sé que están influenciados por el miedo, pero existe algo llamado lealtad y al parecer soy la única en Beacon Hills que conoce bien ese término. Revise mi teléfono al día siguiente esperando tener noticias de la manada, pero no tenía cobertura y al parecer Isaac tampoco, de esa forma estábamos completamente incomunicados. Nos quedamos viendo a los ojos un momento, teníamos que encontrar la manera de comunicarnos con el resto de la manada. Tome mi ropa para salir de casa junto a Isaac e intentar encontrar a los demás, llegamos a la clínica veterinaria, ninguno de ellos estaba, de todas formas, nos quedamos un rato en ese lugar.

La chica StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora