T3A: Provocación.

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Tuve que contarle detalle a detalle a mi hermano como habían pasado las cosas en el bosque y todas las veces que había terminado herida

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Tuve que contarle detalle a detalle a mi hermano como habían pasado las cosas en el bosque y todas las veces que había terminado herida. Nunca le oculto nada, pero ahora me arrepentía, estaba más sobreprotector que nunca y eso que la que tiene la fuerza soy yo. Mientras le contaba todo acaricie sus mejillas haciéndole entender que estaba bien, que estaba mejor que nunca. Me acomode en el vestidor de chicas nuevamente para la clase de deporte con el entrenador, una calza ajustada, mis tenis y un top de color negro que dejaba ver un poco demasiado. Una vez que estuve lista salí del vestidor para reunirme con mi novio que finalmente había regresado a la escuela, después de tantas semanas estando fuera, nuevamente estaba aquí conmigo, antes de que la clase diera inicio en las afueras, Isaac me tomo con firmeza por la cintura uniendo sus labios con los míos. Adoraba la forma en como me besaba, tan posesivo y celoso. Me quede tras el para iniciar mi calentamiento a pesar de que no lo necesitaba, alce la vista al notar como los gemelos se ganaban junto a mi novio. Fruncí el ceño al notar cierta incomodidad por parte de Isaac.

— ¡Son ellos! – Grito Isaac quien sin mas comenzó a correr tras ellos con intención de perseguirlos, tarde un rato en entender a que se refería.

— ¡Isaac! – Grite al entender, ellos eran los alfas, los que se unían. Corrí lo más rápido que pude, al ver como ellos lo tenían sujeto mis ojos cambiaron de color por un momento.

— Ethan, siempre se me olvida ¿Cuántos huesos hay en el cuerpo humano?

— No se, contemos. – Dijo el clon. Corrí hasta llegar a ellos propinándole un fuerte golpe en la quijada hasta rompérsela.

— Ese es uno y no toquen a mi novio. – Le guiñe un ojo a Isaac tomándolo de la mano para levantarlo. Nuestros ojos cambiaron de color, de igual forma los de ellos, estábamos listos para comenzar a pelear, más el grito de una chica nos hizo detenernos de inmediato. Volvimos a la normalidad antes de regresar con el resto del grupo, atado en un árbol había un chico cubierto de sangre.

— ¿Es el cierto? – Cuestiono Stiles.

— ¿De quien hablan? ¿Quién es?

Scott y mi hermano me resumieron en pocas palabras de quien se trataba. Aquel chico estaba atado de la misma manera en que encontraron a las otras tres víctimas. No había que ser demasiado inteligente para darse cuenta que había un asesino serial suelto en la ciudad, ahora los alfas no eran el único problema en Beacon Hills. Trague saliva ante la desagradable escena, el aroma a sangre era nauseabundo, más por el hecho de que ese pobre chico llevaba ya varias horas muerto y comenzaba a oler mal. La policía no tardo en llegar y las miradas curiosas solo empeoraban la situación.

— Acordonen el área antes de que pisen la evidencia. – Ordeno mi padre. – Saquen a estos chicos de aquí.

— Papá, ven aquí un momento. Es igual a los otros. – Dijo mi hermano mientras se acercaba un poco más al cadáver.

La chica StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora