T1: Lunático y lunática

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¡ADVERTENCIA! 

Este episodio contiene escenas +18 leer bajo su responsabilidad. 

El fin de semana llego después de días llenos de caos, que se convertirán en un mal recuerdo, después de lo ocurrido en la escuela no había tenido tiempo para verme con Isaac, ni explicarle como terminamos en la escuela corriendo por nuestras vida...

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El fin de semana llego después de días llenos de caos, que se convertirán en un mal recuerdo, después de lo ocurrido en la escuela no había tenido tiempo para verme con Isaac, ni explicarle como terminamos en la escuela corriendo por nuestras vidas, aunque no quiero darle esa información y preocuparlo más de la cuenta. El con su trabajo y yo con, bueno con todo lo que estaba pasando con mi cuerpo y ciertos cambios que aun no puedo asimilar, ni quiero asimilar. Me puse una chaqueta gruesa y una gorra para el frio antes de salir junto a mi hermano y Scott quien sabe a dónde nos llevará y que nueva loca idea esta pasando por su cabeza.

— ¿A dónde vamos? — Cuestiono Scott. — No deberíamos estar aquí, mi mamá está en pánico constante desde lo que paso en la escuela.

— Tu mamá no es policía, no hay comparación.

— Stiles ¿Puedes decirnos que hacemos aquí?

— Cuando dejan a tu mejor amigo.

— No me dejaron. Tomamos un descanso.

— Bueno, cuando la novia de tu mejor amigo dice que necesita un tiempo.  —Se giro hacia nosotros. — Y resulta que tu hermana ahora será insoportable dos veces al mes y no sabe como lidiar con su novio. — Fruncí el ceño, Stiles saco una botella de Jack Daniel de su chaqueta. — Embriagas a tu amigo y a tu hermana.

Nos dejamos caer en el suelo con mi cabeza apoyada contra las piernas de Scott, junto a un barril con fuego, miraba las estrellas sin sentir efecto alguno del alcohol en mi cuerpo, algo raro pues mi tolerancia era baja y casi siempre terminaba ebria sin recordar nada de lo que había hecho o dicho, ahora con la mitad de la botella vacía me sentía de lo más normal, en cambio mi querido hermano ahora estaba a un trago de la borrachera total. Curve mis labios en una sonrisa al verlo exageradamente feliz.

— Oye ella solo es una chica. Es una chica de muchas, como hay chicas en el mar.

— Peces en el mar. — Corrigió Scott. Nos quedamos viendo, dedicándonos una sutil sonrisa.

— ¿Peces? ¿Por qué hablas de peces? Yo hablo de chicas. Amo a las chicas, las amo. En especial a las que tienen cabello rojizo, ojos verdes y uno sesenta de estatura.

— No me digas ¿Cómo Lydia? — Mordí mi labio inferior aguantándome la risa.

— Si exacto hermanita, oye ¿Cómo supiste de quien hablaba?

— Poder de hermanos, telepatía.

— Jaja ¿De que hablaba? — Como pudo se reincorporo. — Oye, amigo no estas feliz. Bebe un poco.

— Ya no quiero mas.

— ¿No estás ebrio?

— Nada.

La chica StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora