T3B: Galvanizar

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Con mi hermano siempre nos hemos caracterizado por hacer muy buenas bromas cuando de Halloween se trata, claro sobre todo a nuestro adorado entrenador es nuestra principal víctima, comenzamos haciéndole bromas a papá, pero claro terminábamos evide...

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Con mi hermano siempre nos hemos caracterizado por hacer muy buenas bromas cuando de Halloween se trata, claro sobre todo a nuestro adorado entrenador es nuestra principal víctima, comenzamos haciéndole bromas a papá, pero claro terminábamos evidenciados a la primera, después de todo ¿Quién mas que nosotros le haría algo así? Poner tintes de colores en su shampoo, gusanos en su comida o esconderle su placa dentro del tarro de café. Pero con el entrenador era diferente, el rara vez sospechaba de mi hermano y de mí. Nos escabullimos en la escuela para nuestra pequeña dosis de trucos. Stiles intentaba convencer a Scott de apoyarnos, pero como siempre don correcto se reusaba a seguirnos el juego.

— Ten, a mi no me hace caso.

— Scotty, ven ahora mismo, tenemos trabajo que hacer.

— Amiga estoy acostado, además estamos muy viejos para esto.

— Vamos hacemos esto por el entrenador.

— Pensé que para el entrenador.

— Como sea, sabes que lo necesita, vive por estas cosas, las adora.

— Pero es media noche.

— De hecho doce y quince. – Dije mientras mi hermano abría el casillero. – lo cual significa que es después de media noche y oficialmente la noche de las travesuras. Por una maravillosa coincidencia también es el cumpleaños del entrenador así que si no llegas en cinco segundos, te vamos a destruir ¿Sí? En cinco, cuatro, tres, dos– Gire al percibir el aroma de mi mejor amigo encontrándome con él y sus ojos brillando, le di un golpe a mi hermano que giro gritando del susto.

— Uno. – Dijo este.

— Te odio. – Se quejo mi hermano desde el suelo.

— Y yo lo amo. – Sostuve su rostro dejando un beso en su mejilla.

Estuvimos hasta altas horas de la madrugada preparando cada detalle para sorprender al entrenador. Claro que Stiles exagero esta vez y espero que no terminemos expulsados de por vida de la escuela. A la mañana siguiente salí como siempre a correr y ejercitarme, había bajado ya un par de kilos y poco a poco estaba marcando mi abdomen, me estaba poniendo muy bien. Un jeans ajustado y una playera holgada junto con una sudadera. Nos reunimos con Scott que estaba junto a los gemelos.

— ¿Volvieron a la escuela? – Cuestione a estos.

— No solo a hablar. – Dijeron ambos.

— Ah ese es un cambio de estilos para ustedes, usualmente solo lastiman, desmiembran, matan. – Menciono mi hermano.

— Necesitas una manada y nosotros un alfa. – Dijo Aiden.

— Si, por supuesto que no, aunque es gracioso. – Continuo mi gemelo.

— Nos pediste ayuda y te ayudamos. – Siguió Ethan.

— Lo golpearon hasta deshacerle el rostro. Eso no es ayudar, en mi opinión fue contraproducente. – Volvió a hablar Stiles.

La chica StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora