Cuando tienes un sueño por cumplir lo haces sin importar los obstáculos, era el destino que los junto, ella quería ser una gran heroína y el un gran héroe ambos teniendo esas metas. Para lograr ayudar a los demás, siempre con una gran fe y una gran...
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《 T6: E106 - Palabras que no se olvidan 》
Narradora
Un pelirrojo miró atraves de la ventana como la multitud abundaban entre la prensa y entre los civiles que querían saber toda la verdad sobre el Héroe Número Uno en Japón.
Endeavor solo miraba consertado y sin decir ni hacer nada.
Doctor- Shoto y los demás están bien. -Dijo el doctor mirando a Endeavor seriamente.- Tú también sobreviviste, Endeavor... cuentas con mi apoyo. -Dijo el mientras que se dio la vuelta retirándose de la habitación, dejando así al pelirrojo solo.
Enji- Puedo respirar. -Pensó el mirando la ventana.- Tengo una neblina en mi cabeza, la anestesia aún surte efecto.-Pensó para desviar la mirada y mirar sus manos, estiro y abrió sus dedos teniendo los pensamientos de aquella batalla.- Estoy vivo.
— Bailemos juntos en el infierno.
— ¡Endeavor, reacciona, por favor!.
La mirada preocupada de la albina hizo que solamente recargará su cabeza contra la cama y activará el botón donde la camilla empezó a descender hacia atrás con lentitud.
Enji- Toya sabia que yo sobreviviría a aquella batalla, también sabía sobre Kaori...
Las lágrimas y la voz quebrantada de Shoto lo hice sentirse aún más mal.
— ¡Sus hijos están luchando a muerte!, ¡no es hora de arrepentirse, si usted sabe que Toya es su hijo, entonces detengalo!.
Las lágrimas de la albina que Endeavor apretaba un poco sus dientes de frustración.
Enji- No pude moverme... como aquella vez, mi hijo estaba en peligro y yo... estaba congelado. Aunque Best Jeanist niegue parte de su declaración, no puede cambiar la verdad. Todo lo que hice volvió para ponerse en mi contra.-Pensó mirando el techo.- Aunque yo sobreviva... Endeavor ya esta muerto como Héroe, no puedo luchar contra mi hijo... -Mencionó quebrandose mientras que las lágrimas salían de sus ojos.
Pero lo que no sabía es que era observado por sus tres hijos, algo que llamó su atención al ver de reojo a un chico confundido y en blanco.
Shoto cerro de golpe la puerta para no ver más.
Enji- ¡SHOTO!. -Grito el volviendo a poner la camilla en una forma que quedará sentado.
Luego la puerta se abrió mostrando quien fue la que la abrió.
Fuyumi- Papá, menos mal. Por fin podemos vernos. -Dijo ella sujetando a su hermano menor quien se quería ir.
